jueves. 28.03.2024

Por José Torres Stinga. Presidente nacional de Coalición Canaria

Me he permitido parafrasear la ópera prima, Sentados al borde de la mañana con los pies colgando (1978), del tristemente desaparecido cineasta tinerfeño Antonio José Betancor para glosar la actitud que mantiene el PSC-PSOE desde que su incuestionable triunfo electoral el pasado 27 de mayo no le abriera las puertas del Gobierno de Canarias. La aritmética parlamentaria es tozuda e inapelable y da la casualidad de que su aplicación no distingue territorios de ultramar de aquellos que forman parte de la España continental. El tartufismo se ha apoderado de la línea dura del socialismo canario y después de anunciar que “a este gobierno no le damos, siquiera, los cien días de gracia” se enroca y empieza a poner en práctica esa estrategia que denostó cuando a raíz del 14-M, y derivado de los acontecimientos acaecidos tres días antes, su principal rival político se echó al monte por no saber digerir el dictamen de las urnas.

Se llegó al parón estival con mensajes apocalípticos del tipo “si no gobernamos no hay Estatuto”, casi siempre protagonizados por ese Mesías que asegura meditar todas y cada una de las palabras que pronuncia. Pensábamos que eran los estertores del resultado de los pactos. Estábamos equivocados. Ahora, repunta el drama de la inmigración, languidece nuestra reforma estatutaria y en la confección de los Presupuestos Generales del Estado se castiga a Coalición Canaria por no entronizar al hombre que pudo reinar. Canarias no está en la agenda de Zapatero porque los de Coalición Canaria no han acompañado con hojas de palma el relicario de desplantes que sufre el Archipiélago. Para neutralizar esta extendida sensación de abandono, los socialistas canarios, presurosos, concatenan descalificaciones, cuando no insultos, lanzan desafíos y amenazas y, como niños chicos que acaban de acometer una pillería, esbozan una sonrisa cuando el isloteñista recalcitrante que les hace el trabajo sucio es compensado con prebendas en la Carrera de San Jerónimo.

Ese no es el camino. Canarias necesita del concurso de todos. Esa actitud complaciente del PSOE, viendo la procesión pasar, sentado, parsimonioso, a la expectativa, presto cuando alguien insinúa alguna de sus ruindades, desmemoriado y en permanente estado de vigilia ante cualquier andanada que manche el impoluto terno de su mártir, debe ser desterrada. La bronca, desde la indolencia de quien está más preocupado por jalear el torrente de promesas vanas que emanan de Madrid, es el santo y seña con el que parece pretenden llegar hasta ese marzo cercano: sentados al borde de la bronca con los pies colgando.

Aun así, desde Coalición Canaria seguimos empecinados en la idea de buscar el diálogo con el PSOE, una voluntad que esperamos que también sacuda algunas conciencias en el seno de los socialistas canarios, que parecen haberse instalado en la crispación, favoreciendo un ambiente pre-electoral que resulta irrespirable. El PSC-PSOE debe entender, de una vez por todas, que Canarias no puede ser víctima de una rabieta derivada de su no presencia en la conformación del gobierno autónomo. Alimentar la bronca en todas y cada una de las comparecencias de los dirigentes socialistas canarios no es la mejor forma de cumplir con el mandato de las urnas. A cada uno le ha tocado representar un papel. El pacto CC-PP está de sobra legitimado para realizar un trabajo que se está llevando a cabo con firmeza y resultados. Al PSOE le corresponde desempeñar las funciones propias de la oposición. Pero no es de recibo que ésta se centre en la permanente crispación.

Coalición Canaria y el Gobierno de Canarias sufren desplantes por el mero hecho de no haberse rendido a las exigencias del PSOE, de no haber claudicado ante la laminación de nuestra reforma estatutaria. El chantaje no es la mejor manera de tender puentes. Coalición Canaria, y sus gobiernos, siempre han mantenido la voluntad de mantener una relación fluida con el Gobierno del Estado, sea del signo que sea, pero el desaire presupuestario y la obcecación de Zapatero por no recibir al presidente canario son pruebas de que algunos prefieren llegar a marzo abonando el desencuentro. Esta percepción se corrobora cuando para justificar lo que no deja de ser una falta de respeto hacia el conjunto de la ciudadanía canaria se señala que lo que ocurre es fruto de no haber abrazado, sin condiciones, un pacto autonómico con el PSOE. Y, mientras tanto, Canarias representa un espacio en blanco en el dietario de Zapatero.

Entre todos podemos hacer una Canarias mejor. Sin embargo, mientras el Gobierno canario va por delante en políticas de vivienda, ha iniciado un camino de consenso con las universidades, ha dado un paso al frente en su apuesta por incrementar la seguridad de los canarios, ha constituido una mesa de diálogo con los profesores..., la oposición sigue atrapada en la noche electoral del 27 de mayo. Con los pies colgando.

Sentados al borde de la bronca con los pies colgando
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