jueves. 25.04.2024

Un soneto me manda hacer Violante. Que le den. Prefiero escribir sobre la bondad de nuestro servicio público sanitario, y no es coña. Me confirman mis topos en el Ministerio de Sanidad y Otras Hierbas, que los españoles, incluido CAROD ROVIRA, para que se joroba, gozamos de la sanidad pública más generosa del mundo desarrollado. No me lo creo ni harto de malvasía. El topo insiste y me ofrece datos. Le digo que se los meta por el tercer ojo y aún trata de convencerme. No trago.

Resulta que, al igual que el españolito medio , y salido, se va al Caribe para gozar del llamado turismo sexual, los vejetes y jubilados de media Europa se desparraman por nuestro país para operarse la cadera o ser atendidos por nuestros batas blancas, a quienes los más optimistas llaman médicos, ya que al parecer, en sus países de origen la sanidad pública es más tacaña y les saca un riñón en prótesis o medicamentos.

No hemos de extrañarnos, hombres de poca fe, decenas de españoles viajan cada año a Rumanía, donde DRÁCULA, incluso a Cuba, donde CASTRO, para solucionar sus problemas dentales por el poco coste de tales tratamientos en esos lares. Me lo constata un topo, sector odontológico, por lo que en España te cuesta un empaste, puedes viajar a Cuba, alojarte en un cinco estrellas, hartarte de mojitos y mojitas y salir con una dentadura de paquete con la firma de FIDEL CASTRO en la paleta central. No es coña que en España mucho hablar de la importancia de la salud dental pero no hay nada costeado más que la cruel extracción, que termina uno dejando más huecos en la boca que CASILLAS en la portería.

Respecto al primer punto, a que nuestra sanidad pública sea la más generosa, tengo mis dudas y mis deudas, por tener que acudir a la privada. No paso por el aro cuando la pasada semana soporté tres horas en urgencias por una reacción alérgica, ya que cuando me quiso mirar el médico se me había pasado y no pudo diagnosticar. No paso por el aro cuando en Lanzarote faltan treinta especialistas y existen listas de boda, perdón de espera, para operarse de algo, amén de falta de camas hospitalarias y de hospitalario trato.

No hay duda, hermosuras, la culpa la tenemos nosotros, los que vivimos en Lanzarote, acostumbrados a ir de pago al médico de Las Palmas y de paso comprar en El Corte Inglés, trajinarnos la bandeja del menú del día y visitar de paso a nuestra cuñada, la de Telde, que es una hedionda . En lugar de tomar tal actitud deberíamos salir a la calle al dos por tres y poner el grito en el cielo. Claro, en vez de a la planta de oportunidades a las barricadas, coño, a las barricadas.

Las otras soluciones son aguantar el tipo o aprender a operarnos por Radio ECCA, claro que como te pases con la anestesia vas dado, no se yo...Ah, y nada de echar la culpa a los médicos, bastante tienen con ejercer una profesión tan ingrata, ya que al final siempre se les acaba muriendo el paciente, aunque sea de viejo.

SOMOS LOS “ MÁS” MEJORES
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