jueves. 28.03.2024

Uno de los autores que estudiamos en Filosofía los que cursamos el bachillerato fue Emmanuel Kant. Era árido y difícil de entender para chavales/as de unos 18 años. Nos aprendimos de memoria los contenidos de la Crítica de la Razón Pura y la Crítica de la Razón Práctica, como aquel de los juicios sintéticos a priori son posibles en las matemáticas porque se basan en el espacio y el tiempo que son intuiciones a priori. Pasado el tiempo, con un mayor equipaje formativo, aquellos que estamos interesados por la ética y la política, hemos tenido que recurrir a algunos libros del filósofo alemán, que nos siguen proporcionando alguna luz en estos tiempos tan sombríos. Como el impresionante Respondiendo a la pregunta: ¿Qué es la Ilustración? Aquí aparece el conocido Sapere aude, atrévete a pensar; ten valor de servirte de tu propio entendimiento, he aquí el lema de la Ilustración. Hoy ese espíritu de la Ilustración es imprescindible su recuperación, mas la pereza, la desidia y el miedo nos lo impiden. Mientras tanto otros ya se preocupan de pensar por nosotros. Y así nos va: nunca tan pocos engañaron tanto a tantos en tan poco tiempo.

O el de Sobre la paz perpetua, en el que su principal objetivo, para lo que establece una serie de propuestas, es la abolición de la guerra, partiendo de la hipótesis de que si los hombres han conseguido pasar del estado primitivo natural, un estado de guerra de todos contra todos, pueden llegar a un estado de paz o de derecho donde los conflictos se dirimen por tribunales. Debería ser de lectura obligada para todos los estadistas, como también para la ciudadanía en general.

Y el breve ensayo ‘Replanteamiento de la cuestión sobre si el género humano se halla en continuo progreso hacia lo mejor”, enmarcado en sus escritos sobre la historia, donde Kant se plantea la pregunta de si el género humano “progresa continuamente hacia lo mejor”. Se refiere no sólo al mero desarrollo material, sino fundamentalmente a un progreso moral. Tratando de identificar un acontecimiento que funcione como un “signo histórico” demostrativo de la tendencia al progreso moral del género humano, lo encuentra en la Revolución francesa. Este hecho le reafirma que el progreso moral es real. Gracias a él se produjo un cambio de rumbo en la historia de la libertad humana. La respuesta de Kant, que toma un acontecimiento político y social particular como argumento de autoridad, constituye, en definitiva, una muestra de apoyo en el continuo progreso moral y político del género humano, algo muy característico del pensamiento ilustrado. A pesar de esa creencia profundamente arraigada, sorprende que concluya la obra con una afirmación, profundamente profética: “Érase una vez un médico que consolaba día tras día a sus pacientes con la esperanza de un resta¬blecimiento inminente, diciéndoles a veces que el pulso latía mejor y otras que la expectoración indi¬caba una sustancial mejoría o que su copiosa transpiración era un magnífico síntoma de recupe¬ración. Así las cosas, cuando un buen día le visitó uno de sus amigos, al preguntarle por la marcha de su enfermedad, éste le respondió: ¿Cómo quie¬res que me vaya? ¡Me muero de tanto mejorar! “Estas palabras son perfectas para reflejar nuestra situación actual. Nos dicen en una campaña perfectamente orquestada entre la clase política del PP y los grandes poderes económicos y mediáticos que en España se está produciendo una mejoría económica indiscutible, basándose exclusivamente en crecimiento económico, el record de la llegada de turistas y el crecimiento del empleo. Parece como si estuvieran en una burbuja, totalmente desconectados de la realidad. Sin embargo, la situación de la gente normal es otra muy distinta con un empobrecimiento generalizado de la mayoría de la población, para ello no hay más que observar: rebaja de las pensiones, quienes encuentran algún trabajo en condiciones deplorables de acuerdo con una Reforma Laboral cruel; salarios cada vez más reducidos, aumento descontrolado de los precios de la luz y energía, ataques brutales a nuestro Estado de bienestar, etc. Por ello, la mayoría de los españoles podría usar las palabras de Kant, que dan título a este artículo ¡Me muero de tanto mejorar!

Sigue diciendo Kant unas palabras plenas de actualidad, “nada reprocho a quien entre los males del Estado (como en esta España nuestra) comienza a desconfiar de la salud del género humano y de su progreso hacia lo mejor, pero yo confío en la heroica receta de Hume, como en una medicina que puede proporcionar una rápida cura contra ese desaliento: son los males que la propia guerra( el neoliberalismo actual) produce, incluso para el egoísmo de los propios gobernantes, lo que actúa como impulso para desear la paz ( la justicia) o para que se produzca algún acontecimiento revolucionario que fuerce a la paz (la justicia), por cierto no descartable visto el nivel de sufrimiento acumulado. Por eso, para Kant un determinado acontecimiento empírico como el de la Revolución Francesa fue lo que le propició adoptar una cierta esperanza para el progreso humano. Termina con una advertencia Sero sapiunt Phriges (tarde aprendieron los troyanos). Sin lugar a dudas, las funestas consecuencias de esta guerra actual (hoy de las políticas neoliberales) pueden imponer al político el reconocimiento de un cambio de sentido hacia lo mejor por parte del género humano.

Reflexiones plenas de actualidad de Kant
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