viernes. 29.03.2024

Por Ricardo Flores

Nunca más oportuna, esta reflexión, que para nada se puede tildar de oportunista, puesto que excepto este primer párrafo, ya estaba escrita hace día y mis conocidos bien lo saben.

Esta segunda reflexión quiere que sea una denuncia pública del agravio comparativo que sufrimos los conejeros (yo me siento así), con respecto al suministro de las aguas potables y el tratamiento que se le da a las aguas fecales y pluviales.

Es cierto, que por las condiciones geológicas y físicas de Lanzarote, esta isla carece de ríos, aguas subterráneas y pozos donde sacar la suficiente para el abastecimiento de la población, aunque hubo un tiempo que llegó haber hasta 7 fuentes naturales, de las cuales según creo quedan solo dos o tres. Esto no implica que por tener estas carencias, seamos merecedores de la dejadez y falta de imaginación que demuestran los dirigentes políticos de la isla y que nos ha llevado a la situación tan vergonzosa en la que estamos, derivándose en cortes programados del suministro de agua potable para los pueblos del interior, que a fin de cuentas somos los que pagamos el agua durante todo el año. Pero insultantemente, las zonas donde se concentra el turismo, han tenido agua para dar y derrochar, y ¿yo me pregunto?.

Señores políticos ¿de verdad piensan que los conejeros no salen de su isla?

Están muy equivocados. Cuando se sale de la isla al resto del archipiélago sin ir más lejos, se ve tristemente la diferencia en los servicios que prestan otras administraciones locales e insulares a los ciudadanos que tienen a su cargo.

En Lanzarote , por lo que se puede ver actualmente, los políticos se han preocupado fundamentalmente de construir preciosas habitaciones para el disfrute de los señores turistas, olvidando lo mas esencial, ¡¡Los servicios!!

Cuando se recorre cualquier pueblo de fuera de la isla y en todo el ámbito nacional, por pequeño que sea. Llama la atención que nadie proteste por este tema que hoy trato, puesto que dan por echo que es la administración la encargada de suministrar al ciudadano, con la participación de sus impuestos, la encargada de que tengan los servicios mínimos fundamentales cubiertos, y este servicio, se engloba, en uno de los más esenciales, la sanidad.

¡¡AQUÍ NO!!, en esta isla tan querida de Lanzarote, las conducciones de agua llevan una vida sin renovarse, algo esencial para evitar las perdidas de suministro, y por lo tanto el incremento económico del recibo que pagamos todos, que por lo que se ve, a nadie le importa.

No es de extrañar que las desalinizadoras no den abasto, cuando públicamente los encargados de las instalaciones manifiestan, que existe una perdida del 40% de agua que se va por las malas conducciones existentes, que incide (vuelvo a repetir) notablemente en el alza del precio del agua producida.

Pero existen dos hechos puntuales aun más sangrantes:

¿Ustedes ven alguna alcantarilla por las calles para desaguar las aguas pluviales?

¿Dónde están las bocas de riego para el servicio fundamental de los bomberos, o limpieza de las calles?

Según los planes urbanísticos, desde hace muchos años, no se puede construir nada en altura, si anteriormente no se dispone de todos los servicios esenciales, como el agua, alcantarillado, electricidad y accesos. Pero en esta isla, la prioridad ha sido para algunos la construcción de una forma desmedida, y absolutamente anárquica. No hay más que ver los muchos pleitos existentes en la actualidad con “costas”.

Al pueblo conejero, se le deben unos servicios que no tiene, y que cualquier ciudadano del país disfruta con absoluta normalidad. No se puede permitir, que la clase política se olvide, de las obligaciones primordiales por las que han sido elegidos. Administrar y gestionas los servicios esenciales que requiere cualquier comunidad.

Yo que vivo en Playa Honda, veo con profunda tristeza, lo que ocurre cada vez que caen cuatro gotas, aguas pluviales que se mezclan con las fecales, malos olores constantes, nula existencia de bocas de alcantarillado, haciendo sufrir a multitud de vecinos, penurias por la acumulación de aguas en las puertas de sus casas, o la imposibilidad de cruzar el único acceso peatonal que une Playa Honda con la zona industrial, por estar inundado, por la no inexistencia de un paso elevado (Eso es otro tema sangrante).

Desde estas líneas quiero hacer un llamamiento para que la ciudadanía exprese su opinión sobre este tema, y conseguir dar un toque de atención a los responsables insulares, para que tomen conciencia de un problema que lleva años enquistado, pero no por eso imposible de solucionar

Menos gastos superfluos, y denme los servicios que como ciudadano me corresponden por derecho, como fiel cumplidor de mis obligaciones como ciudadano y que ustedes señores políticos se encargan de recordarme y sancionarme si llega el caso cuando no cumplo con ellas.

Reflexiones improcedentes (II)
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