viernes. 19.04.2024

1.- Que Tráfico haya descendido a la canchanchanada de ordenar a la Guardia Civil que coloque sus radares detrás de los contenedores de basura en las vías secundarias me parece fatal y señal de que hemos llegado a la perversión de la denuncia. No hay derecho. El otro día, El Diario de Tenerife.com publicaba una fotografía dando fe de ello en una carretera de la zona de Guamasa. Me parece de lo más brutal esta medida. Y, si hay sentencias de los tribunales indicando que los radares fijos deben estar señalizados, ¿qué pasa, que se van a burlar esas sentencias poniendo radares móviles detrás de los contenedores de las carreteras de segundo nivel? Puede que mi cabreo venga porque me acaban de multar con 100 euros -ya aboné la sanción, 50 por pronto pago- por circular a 80 k.p.h. donde marcaba 60. Me han cazado pocas veces, la verdad, sólo tres o cuatro en 48 años conduciendo y sigo conservando mis quince puntos por buen comportamiento en la carretera. Por eso me cabreo.

2.- Pero los radares camuflados detrás de la basura me parecen, al menos, propios de república bananera, de país de Gila , de miseria tecnológica. Y miren por dónde con estos rudimentarios procedimientos están cazando a media humanidad, sobre todo en las carreteras secundarias, donde te saltas diez kilómetros por hora más de lo establecido y te cascan la denuncia de 100 euros como está mandado. Los agentes de la Benemérita se colocan lejos de la vista del conductor y van registrando los datos que le envían los basureros. Genial. Felicito a los responsables, que no creo que sea la Guardia Civil porque a la Guardia Civil no la creó el Duque de Ahumada para que camuflara radares en contenedores de basura, entre otras cosas porque el Duque de Ahumada ni siquiera imaginó que fueran a fabricarse.

3.- Nos espían por toda partes. Los servicios secretos de los Estados Unidos escuchan nuestras conversaciones (y no hace falta ir tan lejos, a mí me han pinchado mi teléfono varias veces, pero en hueso, y gente de aquí) y la Benemérita nos esconde los radares traidores detrás de los contenedores de basura. Nunca había caído tan bajo la D.G. de Tráfico, en su afán recaudatorio. Nos hemos convertido en un país con escasa libertad. Yo no digo que no se sancione a quienes incumplen las normas de la circulación, porque sería tanto como ir contra la ley. Pero luego están los métodos. Si los jueces han decretado que los radares fijos hay que anunciarlos, ¿qué hacer con los radares basureros? No sé, a mí me parece una mamarrachada. Una canchanchanada. Deberían los responsables replantearse la medida.

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Radares canchanchanes
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