jueves. 28.03.2024

Por Manuel Marrero Morales, miembro del Secretariado Nacional del STEC-IC y del Comité de Huelga

¿Qué le pasa al profesorado canario de la enseñanza pública que está estos días tan enfadado con el Gobierno? ¿Qué le ocurre para que la práctica totalidad de la plantilla de 24.500 profesionales haya dicho ¡basta ya! el pasado viernes, 20 de abril?

Los sucesivos gobiernos de Coalición Canaria, presididos respectivamente por Manuel Hermoso, Román Rodríguez y Adán Martín, han propiciado que en los últimos 12 años, desde el 95 hasta la actualidad, se hayan incrementado notablemente las diferencias entre las retribuciones del funcionariado de la Comunidad Autónoma y el profesorado, hasta llegar a límites insostenibles para este amplio colectivo de profesionales. Fue Olarte en el 91 el que propició el acuerdo parlamentario, por el que se reconocía que había una diferencia retributiva y llevó al Parlamento Canario la Ley 4/1991 por la cual se difirió en cuatro plazos, hasta el 95, el pago de la deuda contraida con el profesorado. Sin embargo, desde ese momento, las retribuciones complementarias del resto del funcionariado han aumentado cada año y las del profesorado quedaron congeladas desde el 95, sólo sujetas al IPC.

Reiteradamente, a los diversos gobiernos de Coalición Canaria se les solicitó negociar esa deuda y, sin embargo, una y otra vez, hubo respuesta negativa. Por eso, resulta inexplicable que el actual Presidente nos haya comunicado al Comité de Huelga que su gobierno está ya “en funciones” y que, desde un planteamiento responsable, no iba a dejar una hipoteca al futuro Gobierno. Una hipoteca no, pero una deuda y una bomba de relojería para explotar con efectos retardados desde los inicios del próximo curso, sí parece estar dejándole a su sucesor. Seguramente, estará convencido de que los suyos no volverán a gobernar y le está preparando un otoño caliente al próximo gobierno.

Ya se han dado todos los condicionantes: un primer acto, con doce años de discriminación y de baldía espera para que se abrieran negociaciones, preaviso unitario de huelga con mucha anticipación, intentos de que se produjera esa negociación, pronunciamiento favorable de todos los partidos políticos que hoy no tienen responsabilidades de gobierno y, en este fin de semana pasado, el segundo acto, una huelga masiva que ha paralizado la totalidad de los centros educativos públicos canarios, acompañada de concentraciones y manifestaciones y entrevistas inútiles entre el Comité de Huelga y el Presidente del Gobierno y el Consejero de Educación. El desenlace debiera estar próximo: los tres protagonistas que optan a la Presidencia del Gobierno, el Sr. Soria, el Sr. López Aguilar y D. Paulino Rivero, tienen ahora la palabra. Ellos tienen la responsabilidad de propiciar un desenlace satisfactorio a los miles de docentes afectados, adquiriendo el compromiso público de abrir negociaciones -si llegan al poder- para ver los plazos en que se aborda el pago de estas diferencias retributivas, sin contrapartida alguna; o, por el contrario, si quieren encontrarse desde el mes de septiembre con la primera huelga de la próxima legislatura. Los tres candidatos tienen la obligación inexcusable de pronunciarse públicamente sobre este problema, si quieren que el próximo día 11 de mayo no haya una nueva jornada de huelga en la enseñanza pública canaria.

Y al actual Presidente del Gobierno, D.Adán Martín, habrá que recordarle que el gobierno tiene obligación de solucionar los problemas hasta el último día en que gobierne. Y mucho más cuando el problema lo han generado él y sus predecesores. Por tanto, esperamos no sólo un gesto de reconocimiento público por su parte, sino un compromiso sobre unos criterios de común acuerdo con los partidos con presencia en el Parlamento Canario, y el correspondiente traspaso del testigo y la solución a quien lo suceda.

No vale que escondan la cabeza bajo el ala.

¿Qué espera el profesorado de los tres candidatos?
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