Fuerteventura ha pasado de ser una pobre isla que miraba con envidia a Lanzarote a convertirse en la envidia de la Isla de los Volcanes. Con crisis o sin ella, los majoreros asisten a una etapa de progreso espectacular en todos los ámbitos. Buen testigo de ello es Marcial Morales, alcalde de Puerto del Rosario, capital de Fuerteventura y ciudad que más se ha beneficiado del desarrollo de los últimos años. Ciudad que se ha ordenado territorialmente, y que por encima de las riñas políticas, ha apostado por mejorar con todas sus estamentos políticos y sociales trabajando hombro con hombro. “En cada barrio hay muchas personas que están entusiasmadas para hacer de este lugar el mejor lugar”, dijo Morales este jueves en el programa “El Despertador”, de Agustín Acosta Radio.
Para sorpresa de Lanzarote, como lo fue en su día, Puerto del Rosario sí tiene un puerto de cruceros. La receta para Marcial Morales para conseguirlo pasa por “trabajar mucho”. Muchas fueron las risas propias y ajenas cuando Coalición Canaria apostó por convertir la capital majorera en destino turístico. Hoy, con su puerto de cruceros, unos 50.000 turistas llegan todos los años por vía marítima a la ciudad. “Una ciudad diversificada, con mucha oferta de calidad”, y como consecuencia de todo ello, “calidad de vida”.
También presumen en Fuerteventrura de excelentes relaciones con el Gobierno canario. Mientras en Arrecife la Consejería de Educación está a grescas con el Ayuntamiento en asuntos como el comedor del colegio de Los Geranios, en Puerto del Rosario se están construyendo cinco nuevos colegios a la vez, con un presupuesto de más de 25 millones de euros. Infraestructuras que supondrán la creación de cerca de 2.500 nuevas plazas escolares, “casi un 50% de las que existen en la actualidad”, presumió el alcalde de Puerto del Rosario.
Las consecuencias de “sembrar viento”
No todo son luces, sin embargo, en la isla vecina. A la par que Lanzarote, registra los mayores niveles de desempleo y destrucción de puestos de trabajo de Canarias. “Lanzarote y Fuertevenura son quizás el mejor ejemplo de lo que pasa cuando se siembra viento para recoger tempestades”, apuntó Morales. “Cuando nos iba bien, incluso demasiado bien, decíamos con frecuencia que estábamos en una burbuja que algún día reventaría”. Y así ha sucedido por basar la economía de las islas orientales en turismo en construcción casi de forma exclusiva. “Ahora que las circunstancias son adversas muchas personas las que lo están pasando”.
