sábado. 20.04.2024

Por J. Lavín Alonso

El adverbio probablemente antepuesto a cualquier premisa la hace caer en el pozo de la incertidumbre al eliminar aquel cualquier posibilidad de certeza en ésta.Afirmar que probablemente lloverá solo quiere decir que puede que lo haga o puede que no. No hay ninguna certeza acerca del hecho de que tal meteoro se produzca. El adjetivo en cuestión deriva de probabilidad, concepto muy usado en la matemática combinatoria y en procesos aleatorios, y se define como la razón entre el número de casos favorables y el número de casos posibles.

Desde hace poco tiempo, algunos autobuses londinenses circulan llevando en sus costados la siguiente proclama: “Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y disfruta de la vida”. Como verán, y aparte de las connotaciones ateísticas, dicha frase induce - en presunta ausencia de la Divinidad - a un hedonismo más o menos descarado, dejando de lado las cosas transcendentes de la vida. Vaya opinión por opinión, en un toma y daca equitativo.

Esta nueva moda, influida, sin duda, por las opiniones y escritos del filósofo ingles y ateo furibundo, Richard Dawkins, y otros de su clase, no solo circula por la capital británica. También ha sido plagiada en algunos autobuses de Barcelona y Madrid. Ello me recuerda una frase cuyo autor se me escapa: La ciencia y el saber no difíciles de transmitir, en cambio, las malas mañas se pegan más que la tiña. Dicho sea sin ánimo de ofensa, y allá cada cual.

Si tan seguros están estos librepensadores de la bondad de sus planteamientos escatológicos -a los que, por supuesto, tienen todo el derecho del mundo ¿por que no han recurrido a una afirmación taxativa y si al posibilismo? No parecen estar tan seguros de sus criterios, lo cual tampoco es de extrañar. El uso del “posiblemente” coloca las apuestas, recurriendo a un símil prosaico, pero certero, en 1 a 1. Tanto vale el si como el no, pero tratándose de una cuestión trascendente, perteneciente al campo de la fe, ni siquiera el prosaísmo racional tiene cabida. Cabe decir, por tanto, y en oposición al lema guagüero, probablemente Dios no exista... o probablemente sí. En todo caso, no creo que esa poco probable probabilidad tenga influencia directa y decisiva en la bondad de la vida para nadie. Es mas, me inclino a pensar que la probabilidad opuesta si que la tiene. Decía el escritor - y católico - inglés G. K. Chesterton. Cuando las personas dejan de creer en Dios, acaban creyendo en cualquier cosa.

P.D. Si creo en Dios y existe, ya gané. Si creo en Él y no existe, no pierdo nada. (Blaise Pascal)

Probablemente no... o si
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