viernes. 29.03.2024

¿Alguien se imagina al taciturno portavoz del grupo parlamentario del PP, Rafael Hernández, comunicando a los medios que la formación popular hubiese decidido adoptar un sistema de primarias similar al de Podemos? De inmediato la dimisión del presidente sería exigida por todos los partidos del arco parlamentario y tanto insultos como descalificaciones llegarían hasta Sebastopol. Pues bien, nada de eso ha sucedido en el partidos de los lilas (morado en fino), cuya Ejecutiva, Léase Pablo Iglesias, haciendo caso omiso de la fuerte polémica suscitada por el calendario y método, decidió seguir adelante con el proyecto y ni se molestó en facilitar la más mínima explicación sobre el mencionado y democrático sistema.

A continuación, la dirección de Podemos, se limitó a tomar buena nota de los discrepantes para que en su puñetera vida ocupen ni accedan a ningún carguito del más mínimo rango. Al parecer, el colectivo de disconformes pretendían, ilusos ellos, que el proceso proporcionase algún tipo de confrontación entre los candidatos, lo que supondría que peligrase el grupo tutelado, algo que lógicamente jamás fue contemplado por los dirigentes del partido. Iglesias tiene muy claro que para poder gobernar en el futuro , los puestos de salida en las listas electorales al Congreso deben ser de su total confianza.

Ante tan incongruente postura, las bases, para demostrar su disconformidad, optaron por la abstención, lo que provocó que de los 375.000 simpatizantes llamados a votar, solo lo hiciesen 57.000, que supuso un ridículo 15,2%. El menor porcentaje de todas las convocatorias realizadas por Podemos hasta la fecha. No obstante, de los que si asistieron a votar, algo más de 48.000 apoyaron al líder (93%), pura y dura “mayoría a la búlgara”.

Fueron muchos los que equivocadamente imaginaron que las primarias en Podemos serían un rotundo éxito de participación, aunque solo fuese para demostrar que un partido de izquierdas, serio y comprometido con la sociedad, no guarda ninguna relación con los dedazos y manejos utilizados por la casta, PP y PSOE, siendo mayúscula su sorpresa tras haberse producido una abstención del 85%, lo que evidenció que el entusiasmo por participar en el mencionado proceso fue prácticamente nulo.

Tras el fracaso y como siempre, surgieron las justificaciones y disculpas de todo tipo. Desde la crítica al sistema elegido (listas plancha), a la precipitación con que fueron convocadas las primarias. El resultado ya es un hecho consumado cuyas consecuencias pronto se verán. Aún así, el objetivo está cumplido: Pablo Iglesias, actual secretario general del partido ya es candidato oficial a la Presidencia del Gobierno, y todos sus acólitos, Iñigo Rejón, Carolina Bescansa, Inés Montero, Rafael Mayoral, etc. gozarán durante cuatro años sus cargos de diputados, incluida la ex de Iglesias, Tania Sánchez, aquella que nunca se incorporaría a la formación podemita, dotada de una especial y frágil memoria, figurará en la candidatura con el puesto once.

Al margen de los elegidos, la lista habrá de ser completada con otros nombres tras los acuerdos pactados con otras fuerzas a lo largo de los próximos meses, a los que igualmente habrá que garantizar un cargo seguro ya que con solo promesas no se conformarían. El polémico proceso de primarias impuesto por Podemos acarreará problemas al partido. El reparto de puestos se efectuará de mayor a menor según el número de votos obtenidos, lo que implicará que los candidatos más votados elegirán circunscripción, que a su vez deberán combinarse con los puestos reservados para posibles alianzas en las distintas comunidades.

Según Pablo Echenique, "nadie entendería el acudir a unas elecciones generales con un equipo no cohesionado para afrontar el desafío". De cualquier forma es menester reconocer que la democracia interna de nuestros partidos a la hora de abordar los procesos electorales, se comenten tropelías de todo tipo y color. Con la excepción del PP que no celebrar primarias (sus estatutos no lo contemplan), las restantes formaciones culminaron en julio la elección de sus candidatos para los comicios generales recurriendo al citado sistema. Obviando el caso de Podemos ya comentado, tanto PSOE como Ciudadanos, apostaron por el procedimiento de primarias pero todos ellos fueron criticados igualmente por carecer de los requisitos preceptivos de apertura, pluralidad y neutralidad.

El actual clima socio-político español se está crispando por momentos. Caminamos por unos derroteros nada aconsejables saturados de agresividad, demagogia e insufrible populismo y todo ello unido a una sociedad en la que lamentablemente la corrupción sigue creciendo y apareciendo nuevos implicados a los que solo les mueve y motiva ambición y dinero, situación que si no somos capaces de atajar terminará condenándonos al desastre...¡¡Tiempo al tiempo!!

Primarias a la española, todo un ejemplo de democracia interna
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