jueves. 28.03.2024

Recuerdo que un profesor universitario de planeación estratégica repetía una y otra vez que en marketing las decisiones nunca deben ser producto de la intuición o la emoción sino de la investigación y el razonamiento. No entendía, por ejemplo, que algún emprendedor le pusiera el nombre ‘fulana de tal' a su negocio en honor a “mi abuelita querida”. Más de un empresario se ha llevado la sorpresa, después de analizar los resultados de una investigación de mercado, al constatar que el producto que pensaba ofertar al consumidor es bien distinto al que le gusta o necesita quien va a pagar un valor por él. Hay casos, o mejor muchos casos, en los que se decide vender un producto o servicio sin tener en cuenta para nada la opinión del consumidor. Parece elemental, sin embargo conozco de cerca algunos fracasos de proyectos empresariales y ninguno de los responsables se detuvo a pensar en una investigación de mercado. Lo más grave es que a veces se desprecia o sencillamente no se tiene la menor idea de que existe un procedimiento que minimiza el inevitable riesgo que se corre al poner a rodar una empresa. También hay que decir que emprendedores cegados por el éxito no se molestan en estudiar cómo pueden innovar, desarrollar nuevos productos o mejorar el servicio.

Espero que el proyecto de dinamización comercial propuesto por el colectivo empresarial Arrecife Zona Centro, que ha sido redactado para ponerse en práctica en el centro de la capital, haya considerado la opinión de residentes y turistas además de la valiosa lluvia de ideas de los propietarios de los comercios. El convertir la zona en un centro comercial abierto con ofertas de ocio y propuestas culturales me parece una magnifica idea. El centro de Arrecife necesita consolidarse como una zona comercial competitiva, pero la clave del asunto está en atender las demandas de los compradores potenciales y no en la autocomplacencia de los empresarios, aunque es perfectamente factible que la opinión de unos y otros coincida. Por otra parte, los consumidores debemos estar dispuestos a colaborar con una investigación de mercado. Es cierto que responder una encuesta resulta algo incomodo, no obstante, si queremos ver satisfechas nuestras necesidades debemos expresarlas cuando se nos brinda la oportunidad.

Pregúntale al que paga
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