jueves. 28.03.2024

Por Laura San José

Según el estudio “El impacto de la inmigración femenina en la economía española” subvencionado por el Instituto de la Mujer, a día de hoy, la tasa de ocupación de las mujeres extranjeras es mayor que la de las españolas. El 60,5% de las foráneas están dentro de nuestro mercado laboral frente al 50,7% de las nacidas en territorio nacional.

El secretario de Acción Sindical y Salud Laboral de CCOO, Ramón Pérez Farray, no quiere que con estos datos se cree una situación alarmista y explica que esto se debe sobre todo a que “estas mujeres suelen acceder a empleos irregulares, con una tasa de temporalidad mucho más alta, con sueldos muy bajos y pocos derechos sociales”. Asevera que son personas inmersas en una situación de pobreza extrema y que vienen de países del tercer mundo intentando buscar una vida mejor con la que mantener a su familia, por eso “aceptan lo que sea y se ponen a merced del contratador”. Lo malo es, en opinión de Pérez Farray, que haya gente en este país que se aprovecha de otros “por ejemplo, para tener trabajadores domésticos, que es uno de los sectores más perjudicados”.

Precisamente, la gran mayoría de las mujeres inmigrantes que actualmente trabajan en España lo hacen como empleadas de hogar o en servicio de baja cualificación. El sindicalista dice que “por lo que hemos visto en el sindicato, las mujeres de Lanzarote no suelen tener necesidades económicas y por eso rechazan esos trabajos”. Dice el responsable de CCOO que “no se considera que esos empleos sean indignos pero como hay otros recursos económicos y normalmente también hay una familia en la que ampararse en los malos tiempos, las lanzaroteñas optan por otras profesiones”.

Competencia entre mujeres

Si acceder a los buenos puestos dentro del mercado laboral es mucho más difícil para las mujeres que para los hombres, ¿puede suponer el hecho de que haya muchas más candidatas a esos puestos que aumente la competitividad y se produzca cierto rechazo social a estas inmigrantes? El secretario de Acción Sindical y Salud Laboral de CCOO dice que “la mujer canaria y la española en general siempre ha demostrado que está preparada y capacitada, aunque en ocasiones no hayan tenido la ocasión de demostrarlo”. Por ello, no cree que las nacidas en territorio nacional tengan miedo de las que vienen de fuera. A fin de cuentas, poco a poco se van viendo los avances que las mujeres han ido consiguiendo, aunque es evidente que todavía existe cierto grado de discriminación. De hecho, Pérez Farray comenta que hace poco se ha producido una sentencia en Lanzarote en la que se ha condenado al dueño de una importante empresa de hostelería por tener un trato diferenciado entre hombres y mujeres, ya que éstas cobraban mucho menos por ejercer el mismo trabajo.

El idioma es uno de los principales motivos que favorecen que el 59% del total de mujeres extranjeras contratadas sean latinoamericanas. Dice el sindicalista que “la cultura y las costumbres son muy parecidas a las nuestras, lo que no sucede con las procedentes de países árabes, y además, suelen venir con un nivel cultural y profesional mucho más alto que las mujeres africanas”.

Derecho de pernada

“Aunque es algo de lo que no suele hablar, nosotros sabemos que muchas latinoamericanas son chantajeadas y algunos empresarios se creen que pueden ejercer el derecho de pernada con ellas”, sentencia Pérez Farray y asegura que lo saben porque estas mujeres han acudido al sindicato a denunciarlo. Asevera que “en Lanzarote algunos quieren que las chicas trabajen y algo más”. Por desgracia, muchas de estas mujeres prefieren sufrir esta lacra porque su situación no les permite cambiar de trabajo.

Otro de los puntos débiles de estas personas con el que algunos empresarios se permiten jugar es el permiso de residencia. Como la trabajadora necesita permanecer en su puesto de trabajo para legalizar su situación, algunos se creen con derecho a abusar de ellas. Ramón Pérez Farray comenta que “hemos visto que esto se da mucho y desde la regularización, algunos empresarios se comprometieron a hacer los precontratos y cumplir con todos los requisitos que se les exigían, pero después han llevado a cabo despidos sin ningún motivo justificado”. La justificación que el responsable de CCOO encuentra para este acto es que estos trabajadores ya eran empleados suyos antes del proceso de regularización y para que no se produjeran las denuncias pertinentes, se iniciaban trámites que en ningún momento buscaban normalizar la situación de inmigrante. De hecho, asegura que en el sindicato se han tenido que poner muchas demandas por este motivo y anima a aquellos que se vean tratados injustamente a que denuncien estas situaciones ya que afortunadamente, cuando se comete este tipo de tropelía, la justicia suele caer del lado del trabajador.

Pérez Farray asegura que algunos empresarios ejercen el “derecho de pernada” con las...
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