Por Serapio Manuel Rojas de León
Cuando escupes para arriba y no te mueves del sitio, lo más probable es que se te acabe estampando el escupitajo en alguna parte de la cara. Eso le ha ocurrido a la Fundación César Manrique. No a ella, sino a sus representantes. Escupieron tanto sobre lo mismo, que les ha caído en los ojos y los tiene ciegos. También pretenden hacernos creer que uno de esos espumarajos celosos y vengantes, se les introdujo por sendas orejas y la sordera es el otro síntoma que padecen.
No. Que no. No están ciegos ni sordos. Otra cosa es que no quieran ver ni oír. Y lo que no quieren ver es que detrás de las instalaciones de la Fundación hay una obra de considerables dimensiones, la Casa de las Cúpulas, que la hicieron ilegalmente. ¿Y dónde se encuentra construída semejante aberración? Pues en un suelo denominado rústico de protección, de valor ecológico malpaís, colada de lava volcánica.
¿Es legalizable? A lo mejor. Yo no lo sé. ¿La legalizaría yo si pudiera hacerlo?. Sin dudarlo. No perjudica a nadie esa obra y puede ser un complemento interesante como añadido cultural ligada a las actividades de la Fundación César Manrique. Y caramba, qué imagen sería esa para el mundo, que una obra propiedad de la Fundación del insigne César, fuera demolida. No. No sería bonito ni es recomendable.
Ahora bien, si sus representantes tanto insisten en el derribo del resto de esas instalaciones hoteleras ilegales, en estos momentos con esta crisis economica y de actividades, hay un montón de empresas con maquinaria pesada y transportes adecuados a la sombra, que andan esperando un servicio como agua de mayo y en un periquete le dejan a la Fundación el lugar de esas claraboyas como la patena. Luego, si quieren para que no quede feo ese entorno, le pueden colocar a ese solar lo que hizo Dimas con el techo de los baños de Mancha Blanca. Le desparraman un montón de piedras volcánicas que oculten el sitio de esa mancha constructiva y vergonzosa, no para Lanzarote, sino para esos que escondidos tras la sombra significativa de César, se cren amparados para escupir la filosofía del territorio más hipócrita que haya podido conocerse.
Y lo que tampoco quieren oír los de la Fundación, es que no hay nada como predicar con el ejemplo. Empiecen por destruir su propia ilegalidad. Luego sigan escupiendo al aire pero con argumento contundente e incontestable. ¿Se imaginan el titular? La Fundación, que ha realizado una obra ilegal, la ha derribado recuperando así el espacio protegido. Contra esto ya nada puede decirse. A partir de aquí, la seriedad y el compromiso real de lo que esgrimen a cada rato, pudiera enpezar a creerse y a tenerles más en cuenta.
Pero como no lo haces y continúas salivando sin credibilidad, pues te quedas, Fundación, sin la justificación que solicitas para que hagan otros lo que tu no ejecutas. Es inútil que quienes hablan por ti, Fundación, en tu nombre anden malgastando saliva de esa manera tan innecesaria. Pues con sus no razones o su verdad, luego tú, Fundación, nos resultas patética y además quedas ridícula por culpa de esos que te representan.
Te recuerdo de todas formas Fundación, que si tus representantes deciden en un arrebato de cordura, traer al suelo la Casa de las Cúpulas, cometerás otra ilegalidad, pues donde deposites esos escombros también será en un suelo que no contemple la posibilidad de acoger tus cachos de bloques. Ya sabes, no hay escombrera legalizada en nuestra isla y Zonzamas, los restos de viguetas y cemento, no los quiere.
En fin, que menos escupirse los unos a los otros, puesto que ilegal es lo construido e ilegales serían sus escombros, puesto que no hay donde depositarlos legalmente en Lanzarote. Por favor, siéntense a conversar, a dialogar, a consensuar y traten de hallar las mejores soluciones para ustedes y para los demás. ¡Joder, qué no puede ser tan dificil! Pero si siempre hemos escuchado lo de para qué buenos pleitos, si puede solucionerse hasta con un mal arreglo. ¿De verdad Lanzarote no merece ya el sociego, la calma, la legalidad, y resolver los disparates de un lado y del otro? ¿Y la altura de miras que debe imperarles y ostentarse, dónde la esconden? ¿Pero ese "y tú más" "y lo tuyo es peor" , hasta cuándo va a perpetuarse?
Un vino aceptable, unos trozos de queso, unos pejines asados, unos puños de gofio, unas roscas de millo, unas papas asadas, un cacho pan de Soo, unas batatas sancochadas, y un poquito de mojo, da igual rojo o verde ¿no los pondrá de acuerdo? Miren a ver y déjense ya, por favor, de tanta bobería.