1.- ¿Qué se puede esperar de un país en el que su principal banquero se llama Botín , el yate de las regatas del rey se conoce como "Bribón", a la que permite las macrofiestas le dicen Botella y la ministra de Sanidad se apellida Mato ? Este es un país de locos, desocupados lectores, un país lleno de paradojas en el que nada encaja. Hace tiempo que España hace aguas por las amuras y mucha gente todavía no se imagina lo gravísimo de la hambruna que está pasando Canarias. Familias enteras comen de la beneficencia; familias que hace un par de años pertenecían a la clase media y disponían de recursos holgados para subsistir. Los datos de que disponen Cáritas y la Cruz Roja son demoledores. Quitarían la moral a cualquiera. Estamos en las últimas. Y con referencia a las macrofiestas, me escribe una lectora para denunciar algunos locales de la calle de La Noria que no resistirían un desalojo de urgencia. "Soy madre de dos niños", dice esta señora, "y el otro día me acerqué a tomar algo en los bares de copas y en uno de ellos vi una escalera estrecha, sin luces de emergencia. Y allí había más de cien personas, que no hubieran podido salir en caso de incendio o de cualquier otra contingencia. Me gustaría que el Ayuntamiento hiciera una inspección de estos locales y que nos evitara a los chicharreros un motivo más de dolor".
2.- Bueno, yo lo digo, señora; ahora, que me hagan caso es más difícil. Tengo una teoría sobre esto, y es que aquí disfrutamos de tan buen clima que todo el año se pueden sacar las mesas a la calle, con toldos, y no atiborrar casas antiguas, mal acondicionadas y que, como usted dice, tampoco aguantan el peso de tanta gente. Lamentablemente, en vez de evitar las desgracias parece que en ocasiones las estamos llamando a gritos. En Santa Cruz los munícipes se dedican a poner a parir al equipo anterior, sea del partido que sea, aunque sea del suyo, a echarle mierda desde los balcones, mientras ellos se dan besitos en la boca a sí mismos. En eso consiste el bermudeo. Como si fuéramos bobos.
3.- Claro, pero es difícil subsistir en un país en el que el banquero se llama Botín, el barco real "Bribón", la ministra de Sanidad Mato y la que autoriza las macrofiestas, Botella. Sólo falta Morticia en este elenco socio-sanitario. No hay que olvidar que fue España la que dio carta de naturaleza a la novela picaresca y la que puso en la calle a Rinconete y Cortadillo . Por eso, señora comunicante, no aspiro a que me hagan caso; hace tiempo que no aspiro a tener la más mínima influencia en esta sociedad de locos, en la que nada es verdad ni es mentira, ni cosa que se le parezca. Una sociedad en la que llegó a mandar mucho el Cojo Manteca .