jueves. 25.04.2024

Por Carmen Morales, Dra. en CC.PP. y Sociología

El verano y la actualidad política de los últimos meses de la isla, protagonizada con la oferta de ocio complementaria, nos lleva a analizar ¿cuántos modelos turísticos conocemos? y ¿cuáles debemos implantar en Lanzarote? Hagamos una reflexión de algunos de los modelos existentes en la Comunidad.

El turismo de Sol y Playa, el más tradicional y simple, en nada se diferencia con el que ofrece la Costa del Sol o la Costa Brava. Tenemos que diferenciarnos con alternativas específicas, diferentes y atrayentes, tanto para el turismo nacional como para el internacional.

En la larga lista de tipos de turismo vemos cómo en el Archipiélago se vienen llevando a cabo muchas iniciativas que podemos extrapolar a Lanzarote.

Tenemos el turismo rural con rehabilitación de senderos, caminos reales o albergues utilizando escuelas unitarias en desuso. La Palma promociona su turismo verde con seis de estas posadas y con veredas que dan la vuelta a la isla.

El deportivo en todas sus modalidades, pero especialmente, el que más se está demandando actualmente, como es el de multiaventura, quads o caída líbre. Lanzarote acoge pruebas de carácter mundial como el Ironman o el Triatlón, es sede de entrenamiento para selecciones nórdicas y celebra todo tipo de competiciones a nivel mundial, internacional o nacional como windsurf, golf, y un largo étcetera.

Especial mención ha de tener el turismo náutico con las excelentes condiciones climatológicas de las islas, acogen concursos de pesca o regatas trasoceánicas como la ARC, interinsulares como la San Ginés, o trofeos insulares como el de Puerto Calero, de alto prestigio nacional. Los puertos, los atraques, las escalas obligatorias, para repostar, o las necesarias, para reparaciones de velas, motores o cabos, suponen una gran fuente de ingresos para los puertos isleños. Canarias es el último punto de abastecimiento de miles de barcos que parten hacia América y el primero que tocan en la entrada a Europa. Así como el espectáculo de los fondos marinos y el auge del submarinismo, y actividades como los concursos de fotosub, la inspección de pecios o avistamiento de cetáceos.

El turismo de negocios y congresos abarca convenciones, conferencias, cursos, seminarios, jornadas o clinics cada vez más presentes en Lanzarote , a pesar de la carencia de un Auditorio o un Palacio de Congresos.

El turismo cultural con las actividades de la universidad de verano, teatros, festivales, conciertos, óperas, asi como el turismo artístico. No somos conscientes de la cantidad de museos, galerías, salas de exposiciones con las que contamos en toda nuestra geografía y de la calidad de las mismas.

El turismo religioso mueve cada año a miles de romeros de isla a isla, la bajada de la Virgen, los bailes de magos, las procesiones, alfombras, o los que admiran la arquitectura religiosa, vidrieras o imaginería de iglesias, catedrales o conventos.

El turismo astrológico, astrofísico o astronómico con observaciones nocturnas y diurnas de nuestro impresionante firmamento, planetas, satélietes, sol, lluvias de estrellas, eclipses , o seguir el vuelo de las naves aeroespaciales, es un campo a potenciar en Lanzarote con un centro de estas características.

El turismo gastronómico y enológico, muchas islas tienen sus rutas del vino, perfectamente detallada de bodega a bodega, tanto de las comerciales como de las familiares, las verdaderamente auténticas. No podemos olvidar la guía de los mejores restaurantes de comida tradicional, internacional o de diseño, aunque, en Lanzarote, seguimos esperando por una estrella michelín.

El turismo de salud con balnearios, centros de talasoterapia, hidromasajes, spa, aromaterapia, es una iniciativa que cuenta cada vez con más adeptos y que está presente en nuestra isla.

Debemos fomentar el turismo sin barreras, sobre todo teniendo en cuenta que el 40% de la población mundial demanda un turismo accesible, por presentar alguna discapacidad o ser mayores con problemas de movilidad. Gran Canaria ya cuenta con un hotel de este tipo.

Finalmente llegamos a la conclusión de que debemos diseñar una política turística a largo plazo, estudiar los cambios de mercados emisores de turismo, seguir diferenciándonos de otros destinos, ofrecer más canariedad, y trabajar en la unidad de las Islas Canarias para consolidarse como destino único en el mundo en sus direrentes ofertas.

Oferta turística
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