sábado. 20.04.2024

Perdió una gran oportunidad el portavoz del PIL, Manuel Cabrera, -otra más- de poner las cosas en su sitio. Nos referimos a la rueda de prensa que ofreció el pasado viernes acompañado de su presidente, Antonio Barambio, para criticar con la boca chica al Gobierno que preside Paulino Rivero por el dinero que no asigna en los Presupuestos de la Comunidad de 2009 para cosas tan importantes como resolver los problemas ocasionados por el paso del Delta. Estando de acuerdo en algunos aspectos de esa convocatoria, no tenemos otro remedio que cuestionar seriamente el papel de Manuel Cabrera en lo concerniente a la posición del PIL respecto a los últimos disparates que se están produciendo en algunas de las instituciones en las que gobiernan, especialmente en el Cabildo. Uno de nuestros compañeros le preguntó claramente por la posición de su partido respecto a la decisión unilateral del señor Carlos Espino de recurrir la chapuza que se hizo con el concurso del Plan Territorial Especial, dos veces tumbado ya por los tribunales de justicia. El portavoz de los independientes (que de independientes van teniendo poco si siguen con este extraño servilismo) se limitó a decir algo tan evidente como que los servicios jurídicos del Cabildo, los mismos que en no pocas ocasiones han metido ya la pata, les habían dicho que se podía recurrir. ¡Faltaría más, para eso están las distintas estancias de los tribunales de justicia! Eso es de Perogrullo, y no creemos que Don Manuel sea un “perogrullista”. Hay que recordarle que también está el sentido común de los políticos para frenar los disparates, y este lo es, a no ser que no les importe el gasto judicial que esto genera y el ridículo que se va a volver a hacer cuando un tercer tribunal nos vuelva a decir que el concurso de adjudicación al señor Fernando Prats no había por dónde cogerlo, amén del hecho indudable de que va pasando el tiempo y algo tan importante como el PTE sigue estancado. Perdió la oportunidad Manuel Cabrera de decir la verdad, que no habría estado mal por una vez, contar a los lanzaroteños el enfado que hay en diferentes instancias de su partido por las constantes patadas en el trasero que les dan sus socios de gobierno en el Cabildo. Y no sólo a Plácida Guerra. A él también se la dio y buena Doña Manuela (o Mela) antes de marcharse a China, el día en el que convocó una rueda de prensa para anunciar su intención de hablar con los empresarios turísticos sin avisar al PIL y quitándole al propio consejero de Juventud y Deportes la atención de los medios que él sí había convocado en tiempo y forma. No entendemos a qué juega el PIL en estos momentos. Se lo decimos de verdad. No entendemos que su portavoz diga ahora que los trapos sucios se lavan en casa cuando en el bando contrario se encargan de utilizar a los medios del régimen socialista (que no son pocos y que no están mal pagados) para darles hasta en el carnet de identidad, para soltar todo tipo de mensajes contra sus socios, contra la política que en teoría defienden sus socios. Esta política de poner un día un lado de la mejilla y al día siguiente el otro, y al día siguiente el primero, empieza a cansar a más de un militante y a más de un dirigente del PIL. No es normal que gente como el alcalde de Teguise, José Dimas Martín, se estén partiendo la cara públicamente contra la parte socialista del Cabildo para que luego lleguen sus compañeros con paños calientes, haciendo ver como que no pasa nada, intentando que creamos que son pequeñas rencillas domésticas. ¿Qué miedo tienen, tanto les asusta el señor Espino, por dónde les tienen agarrados? Esto empieza a oler a cuerno quemado, y nosotros empezamos a entrar en una fase de mosqueo considerable, sobre todo porque no se corresponden en absoluto las informaciones que se nos trasladan con lo que luego se hace.

OTRA OPORTUNIDAD PERDIDA POR EL PIL
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