sábado. 20.04.2024

Por Pepe Márquez

Hace mucho tiempo, mucho tiempo, nació el Club Deportivo Orientación (C.D.O.) Marítima. Su fundador D. Pedro Hernández, maestro nacional de la escuela de la Pescadería. Eran otros tiempos, tiempos difíciles, donde en Lanzarote se vivía de la pesca y la agricultura. Teníamos en Arrecife un campo de fútbol que en sus orígenes se llamó Olímpico, que no llegó a terminarse por la burocracia que también en aquellos tiempos existía. Se jugaba con alpargatas, algunos hasta descalzos, pero había unas ganas enormes de destacar y de emular a las figuras nacionales de la época, como Di Stefano, Kubala, Molowni, Ramallets, Gainza, Gento, etc., y de las locales donde cada domingo por la tarde, hacían vibrar con su fútbol correoso y brioso y también de una técnica muy depurada, entre ellos destacamos a Maluco, Perico Recio, Manolo Aparicio, Manolo Cedres, los hermanos de León, Cayetano, Goro, Ismael, Luis Oliva, Perico Martín, Román Cabrera, etc., etc.

El O. Marítima a lo largo de la historia ha vivido muchas vicisitudes. Su primer presidente y fundador D. Pedro Hernández, con él arranca la historia de este populoso equipo, que tenía las camisas de azul marino y años más tarde con la llegada de Contreras, el inolvidable hombre máter de este club, las cambia a color rojo. Con la aparición de Pepe Cedres, el club tuvo momentos importantes, como la consecución de la Segunda Regional para todo el fútbol lanzaroteño y la formación de la plantilla para la vida cotidiana.

Con la aparición de la UD. Lanzarote, el club rojillo pasa a un segundo plano y a punto estuvo de desaparecer.

Posteriormente, con la entrada de algunos militares en el club, afincados en la isla, y la colaboración de ex jugadores, el O. Marítima pudo subsistir y salir adelante, con bastantes problemas.

Es Marcial Caraballo, con el trabajo de todo su equipo, el que estabiliza la entidad, consiguiendo unas nuevas instalaciones, con cancha deportiva y sede social, quedando ya muy lejos la vetusta sede que el club utilizaba en la calle La Porra, al lado del Instituto viejo (actual IES Agustín Espinosa).

Tras la marcha de Marcial Caraballo, entra en escena Miguel Gopar, más conocido por Guelo, hombre que defendió los colores del O. Marítima, como extremo y defensa, siendo su mejor virtud la velocidad y la fogosidad que imponía en cada instante del juego.

Con Miguel Gopar, el club no sólo se ha modernizado, sino que cuenta con una escuela de fútbol donde da gusto ver a esos niños tan pequeños dándole a un balón, que en algunos casos es más grande que ellos.

Se han conseguido ascensos importantes, el primero el regreso a la Preferente, más tarde el ascenso a la Tercera División y ahora un ascenso que nadie, ni el más optimista podía pensar. Este ascenso, este nuevo paso hacia delante del club rojillo (ahora lo llamamos rojinegro) es un logro que no puede ser fruto de un día. La entidad que preside Miguel Gopar debe meditarlo, sin prisas pero sin pausas, lo que se ha conseguido no es fácil, al contrario, ha sido muy trabajado, con el empeño de todos, junta directiva, cuerpo técnico, en especial su cabeza visible Juan Antonio Machín Perdomo, jugadores y afición. Pero este ascenso a Segunda División “B”, se tiene que poner todo el empeño y los medios necesarios para que este sueño que hoy es una realidad no caiga en desidia y haga tambalear a la entidad.

No quisiera, el que escribe este comentario o crónica deportiva terminarla sin hacer mención a los que defendieron a este club y hoy no están con nosotros, recuerdo a Iquillo Hernández, extremo rápido, habilidoso y de gran chut, a Goyo Suárez, defensa central y lateral, elegante en su juego como pocos, Fifo Álvarez, medio de gran resistencia y de gran visión de juego, Adolfo Niz, un lateral sobrio y contundente, Jaime Robayna, delantero centro bullicioso y oportunista, y que puso en práctica su jugada preferida la “matineta”, Lacho Tabares, medio de depurada técnica e inteligencia.

Y también a Contreras, Pacote, Mamelo, Paco Medina, Cipriano, Pepín Torres, y tantos otros, que desde el cielo estarán orgullosos de su Marítima, que no les ha defraudado. La entidad está en deuda con ellos.

Y una reflexión, espero que este ascenso no marque diferencias con el representativo, ni con el resto de entidades, al contrario que sirva de unión y de puente entre todos.

Termino con la frase del gran Contreras “Fútbol Marítimita”.

O. MARÍTIMA, UN LOGRO HISTÓRICO
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