viernes. 29.03.2024

1.- "Nunca sabes lo que puede traerte la marea". La frase es del actor Tom Hanks , en el papel de un directivo de Federal Express que sufre un accidente en una avioneta, cae al mar y logra alcanzar las playas de una isla desierta, en compañía de un balón de voley de la marca "Wilson" que alguien de FedEx debía entregar a un niño de Memphis, si no me equivoco. Bueno, supongo que ustedes tuvieron oportunidad de ver "Náufrago", de Robert Zemeckis , rodada en el 2000, si mis datos no me mienten. El personaje pinta una cara en el balón, en su soledad, y le da vida; y llora cuando tiene que elegir entre su vida y la de la pelota, que se ha deshilachado durante el largo tiempo de naufragio y llega a parecerse, por lo erizada, a la cabeza de José Miguel González , nuestro querido parlamentario. (Esto último lo aporto como dato enormemente frívolo y quizá innecesario; pero, bueno, ocurrente, por lo gráfico).

2.- Pues acaba de suceder algo prodigioso. Un niño japonés de 16 años, Misaki Mukarama , perdió su balón en el tsunami que asoló su pueblo, Rikizen-takata, hace un año. Se trataba de un objeto muy preciado, el regalo de un amigo; un balón de fútbol que el niño soñó que un día podría ser firmado por Cristiano Ronaldo . En sus pesadillas, Misaki veía la pelota flotando en el mar y dirigiéndose a un punto indeterminado del planeta, entre el vaivén tempestuoso de las olas. La pérdida de un nuevo "Wilson", que así se llamaba en "Náufrago" el personaje inanimado, lo desasosegaba no poco. Pero un año después de aquella tragedia, que tantas vidas se llevó, un americano que se encontraba en una isla remota de Alaska, David Baxter , vio que "Wilson" quería llegar a tierra. Pudo recuperarlo. Su esposa, japonesa, le tradujo el texto que aparecía en él: "¡Animo, Misaki Mukarama!", había escrito su amigo en el balón cuando lo trasladaron de colegio.

3.- David Baxter entregará personalmente el balón a Misaki. Este objeto, evidentemente, tiene ya vida para siempre. No vean la que armó mi hija María Eugenia , cuando perdió en el trayecto entre San Sebastián de La Gomera y Los Cristianos, que cubrimos en el barco de un pariente, una chola de Snoopy . La niña tenía cinco o seis años. Se me partió el alma cuando la vi, en el muelle sureño, descalza, abrazando fuertemente a la otra chola y mirando al mar, llorando, por si aparecía su pareja. No tuvimos la suerte de que alguien la encontrara en América y nos la mandara por Federal Express. Qué pena más grande. Y es que nunca sabes lo que puede traerte la marea. Quizá un día aparezca Tom Hanks en compañía de la mitad del Snoopy perdido en el mar.

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Nunca sabes lo que te puede traer la marea
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