miércoles. 24.04.2024

Nueva Canarias (NC) propone al Gobierno canario que solucione la puesta en venta del islote de Montaña Clara a través de un proceso de expropiación a la familia propietaria y que pase a formar parte del patrimonio público canario.

Nueva Canarias critica que un Ejecutivo que "se autodenomina nacionalista no se haya pronunciado todavía sobre la venta de un islote, de incalculable valor ecológico, que conforma el territorio del Archipiélago y que puede quedar en manos de personas o instituciones ajenas a esta tierra".

Esto puede ser impedido por el Gobierno de Canarias "si utiliza los mecanismos legales existentes, como es el caso de la expropiación, método que ha sido empleado por la Xunta de Galicia en el caso de la isla Cortejada que forma parte del Parque Nacional Islas Atlánticas", explica en un comunicado.

Como se recordará el Ministerio de Medio Ambiente anunció este pasado jueves su intención de expropiar el islote de Montaña Clara, ubicado en el Archipiélago Chinijo, después de que sus dueños decidieran ponerlo a la venta. Para las tres familias propietarias, ésta es una noticia “que llevan oyendo desde hace mucho tiempo”, tal y como ha declarado Alejandro Márquez, portavoz de la inmobiliaria encargada de la operación de venta.

Tener una isla es para unos una suerte, y para otros, una excentricidad. Montaña Clara fue adquirida en los años 50 por el que fuera alcalde de Haría, Mariano López Socas, junto a otra familia. Ahora, sus legatarios se han encontrado con una atípica situación: son dueños de una Isla que se encuentra enclavada en un Parque Natural y en la Reserva Natural Integral de los Islotes, en una zona especial de Protección de aves, en la que está prohibido realizar cualquier tipo de intervención. “Estas familias llevan muchos años pidiendo al Ministerio de Medio Ambiente que les compre esta propiedad ya que les han restringido todos sus usos”, ha explicado Alejandro Márquez. “A medida que las generaciones pasan, las familias van creciendo y se hace más difícil llegar a un acuerdo”. Por eso, los López Socas decidieron colgar el cartel de “Se vende” en Montaña Clara.

El Ministerio de Medio Ambiente asegura que el proceso de deslinde para delimitar la extensión de suelo público y privado se encuentra en una fase inicial, y que ninguna operación de compra-venta se podrá llevar a cabo hasta que no se conozcan los resultados, aunque de momento, el ministerio asegura que el 20 por ciento es de “Dominio Público Marítimo-Terrestre”. Además, al Gobierno central le corresponde un derecho de tanteo sobre un 35 por ciento de la superficie, que corresponde a la “zona de protección”. Alejandro Márquez asegura que, en todo caso, antes de trasladar cualquier oferta a los propietarios “se informará al Estado” aunque a día de hoy “los dueños no se han puesto en contacto con Medio Ambiente”.

El precio de salida de este islote es de nueve millones de euros. Una cantidad que se ha fijado a partir del precio del metro cuadrado rústico expropiado en Lanzarote. “Los dueños consideran que es el precio mínimo para empezar a negociar”, ha explicado el asesor inmobiliario, “aunque el valor de una isla de estas características es muy superior, y según tasadores expertos en espacios naturales, puede estar tres o cuatro veces por encima de los nueve millones”.

Tras anunciar la venta de Montaña Clara, la inmobiliaria “Look and Find” recibió numerosas llamadas, principalmente de curiosos, aunque algunos, con más imaginación, ya veían sus excavadoras planeando por la isla: “nos preguntaban si se podían construir complejos de apartamentos”, ha apuntado Alejandro Márquez. Una vez aclarada la situación de protección de Montaña Clara, la inmobiliaria tiene, por el momento, dos ofertas interesantes. La primera procede de una entidad financiera española, que al parecer, pretende adquirir el islote para protegerlo y recibir beneficios fiscales. La segunda, de un matrimonio holandés que ha telefoneado “varias veces, les hemos mandado un dossier y ha solicitado visitar la isla”, tal y como ha confirmado el portavoz de la inmobiliaria. “Tienen barcos, y una casa en Gran Canaria, por lo que están muy interesados”.

Lo que está claro es que uno no vende una isla todos los días. “Es una venta complicada, porque hay muchos factores que influyen y el comprador tiene que estudiarlo todo muy bien”, ha indicado Márquez. Tan sólo hace falta ser un amante de la naturaleza, tener barco propio, querer disfrutar de un paraje idílico y tener nueve millones de euros en el bolsillo... o más.

Nueva Canarias insta al Gobierno regional a que expropie el islote de Montaña Clara
Comentarios