jueves. 28.03.2024

Por Cándido Marquesán Millán

Liberados de la vorágine de la lucha electoral, parece terapéutico escribir de otras cosas, también importantes. Tampoco quiero insistir en análisis precipitados sobre los resultados electorales. Ahora pretendo hacer algo totalmente distinto. Lo necesito.

Hay profesores que nunca podré o podremos olvidar. Uno de ellos era el de Filosofía. Todavía recordamos o recuerdo sus clases, que nos adentraban en el Mundo de las Ideas de Platón, la teoría hilemórfica de Aristóteles, las Cinco Vías de Santo Tomás para demostrar la existencia de Dios, y hasta tal punto nos las creíamos que no se nos resistía ateo alguno; las monadas de Leibniz, el cogito ergo sum de Descartes, que servía para fundamentar la Metafísica y hasta la Crítica de la Razón Pura de Kant, con sus juicios sintéticos a priori, nos la desmenuzaban, como si fuera lo más elemental del mundo. Hegel, Marx y Sartre nos los explicaban aprisa y corriendo, mas todo lo entendíamos. No faltaría más. Después de todo este acervo de conocimientos filosóficos, nos creíamos, pero de verdad, que ninguna problemática, por compleja que fuera ésta, se nos podía resistir.

Todo lo expuesto nos ha dejado a toda una generación una huella indeleble. Un autor, que nos citaban al unísono, nuestros profesores de Historia y Filosofía era Hobbes. Nos decían que si algo preocupaba al autor de Leviathán era una muerte violenta, no la muerte per se y que, como si hubiera sido una premonición, su madre adelantó su parto, al tener noticias de que la Armada Invencible de Felipe II iba a invadir Inglaterra, y por ello dijo la frase que sigue: Fuimos hermanos gemelos el miedo y yo, aunque esta frase tiene su miga, ahora no quiero referirme a ella. Muy al contrario, a otra mucho más famosa y que nunca de nuestros tiempos de estudiante podremos olvidar: El hombre es un lobo para el hombre. ¡Qué impacto! En aquel entonces nos resultaba harto difícil entenderla. Ahora tristemente, sí que la entendemos. ¡Vaya que si la entendemos! Tenemos ejemplos por doquier que nos lo demuestran. Sólo quiero referirme a varios de ellos, viejos y nuevos a la vez Si existe una situación a la que pueda aplicarse con más exactitud la frase hobbesiana es a la de la Guerra entre el Estado de Israel y los palestinos, con sus correspondientes correligionarios. Nunca se pudo aplicar mejor que el hombre es un lobo para el hombre. Todo lo que está ocurriendo ahora y allí, aunque también con un antes antiguo y cabe pensar también con un previsible después futuro, insulta a la especie humana. Nos comemos los unos a los otros, somos mucho peor que los lobos. Deberíamos sentir vergüenza. Y todavía nos levantamos, nos miramos al espejo y tomamos una caña con los amigos todos los días como si no pasara nada. Nos deberían servir acontecimientos como éste, pero podríamos poner otros muchos, de motivo de escarnio a todos. Mas acostumbramos a mirar para otro lado, como si la cosa no fuera con nosotros.

Los occidentales, los civilizados, los ilustrados, los padres de la democracia y los derechos humanos, estamos preocupados por otras cuestiones de más trascendencia y calado, como son: la preparación de nuestras vacaciones, que nuestro un bañador esté a la moda, que nuestro Todo Terreno sea mejor y más potente que el del vecino de al lado; o por el pago de nuestra hipoteca o por si nuestro hijo va poder estudiar Medicina o va a tener que contentarse con Filosofía y Letras. Todas estas cuestiones son las, de verdad, relevantes. Las demás son triviales e insustanciales. No queremos monsergas.

Nosotros a lo nuestro. Que Israel, esté poniendo en práctica un terrorismo de Estado, masacrando a la franja de Gaza, sin importarle si mueren niños, ancianos o enfermos. Nos la trae floja. Que todos los palestinos estén sufriendo, además de muertes, restricciones de agua, medicamentos, etc. Nos la trae floja. Que todos los días y a todas las horas mueran ahogados cientos de subsaharianos entre las costas de África y de las islas Canarias. Nos la trae floja. Que en Bagdad mueran todos los días y a todas los horas, sunníes o chíitas, Nos la trae floja. Que en Sudán o Etiopía la vida humana no tenga valor alguno. Nos la trae floja. Y aquí no pasa nada. De verdad, esto es un insulto a la especie humana. Hobbes, tenías y sigues teniendo toda la razón del mundo. Ahora, cada vez más te admiro y te admiramos. No sólo tenías razón, es que te quedaste corto. Deberías haber sustituido la palabra lobo por alimaña, buitre , o cualquier otra similar. Estoy, estamos profundamente agradecidos a los profesores de Filosofía e Historia de aquél entonces. De verdad.

Nos la trae floja
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