La concursante lanzaroteña Noemí Merino ha entrado contra todo pronóstico en la final de Gran Hermano, gracias a que uno de los amigos que tenía en la casa, Pepe Flores, decidió elegirla para compartir con ella el tramo final del concurso. De hecho, si Pepe es el ganador final, Noemí se embolsará la nada despreciable cantidad de 20.000 euros.
Todo se produjo durante una gala que estuvo cargada de emociones, como la del hecho de que varios concursantes portaran en la solapa un lazo amarillo precisamente de apoyo a la concursante lanzaroteña, a la que se ha sometido por parte de la organización del concurso a un insólito examen de constante presión psicológica que terminó con Noemí en el hospital.
Este lunes, sin embargo, Noemí estuvo en el plató, seria, fría y distante como está desde que tuvo que enfrentarse a quien fue su pareja dentro de la casa, el italo-gallego Alessandro.
Telecinco lo tiene claro, como recoge en su páginan oficial, que el programa ha dado un vuelco inesperado, puesto que "Alessandro y la surfera tendrán que volver a convivir bajo el mismo techo después de su abrupta y tajante ruptura en directo". En la página oficial recogen que a Alesssandro le cambió la cara cuando vio entrar a Noemí por la puerta. De hecho, se dio la vuelta y se apartó de ella, hasta que ella se acercó.
