viernes. 19.04.2024

Es posible que este año se aborte la habitual visita vacacional de José Luis Rodríguez Zapatero al caótico Cabildo conejero, a pesar de que esta vez -o precisamente por eso- ocupa la poltrona presidencial una miembra del PSOE. Manuela Armas no quiere que ZP vea la casa Cabildo porque la tiene muy revuelta, con la porquería estancada y criando bichos y demás parásitos (también llamados asesores) por todas las esquinas. Lo único que se mueve allí, siempre hacia arriba, son los sueldos que se autoadjudican. Es lo único de provecho (para ella y para los suyos) que ha hecho Manuela en lo que llevamos andado del actual, esperpéntico e inútil mandato. Mela gobierna (es un decir) en minoría, como el propio ZP, pero cobra lo mismo haciéndolo bien que haciéndolo mal... e incluso si no hace nada, como es el caso. Le pagamos (más de la) cuenta todos lanzaroteños, para que se nos ría en nuestra cara. ¿Recuerdan lo del cornudo y apaleado? Nos podemos aplicar el cuento.

A ZP ya le preparan las maletas en La Moncloa. Este domingo informaba ABC, con una prosa un poco torturada, que “la familia Zapatero disfrutará de nuevo en la costa de Lanzarote de la paradisíaca residencia de La Mareta en Costa Teguise. El presidente vuelve a esta lujosa residencia alzada sobre un acantilado sobre el mar con la pretensión de descansar, leer y practicar deporte mientras sus esposa bucea en las calas próximas”.

Hace unos días, El Día de Tenerife le lanzaba un aviso al presidente de su ahora odiada España: “Tan sólo un consejo queremos darle: no vuelva a Lanzarote a veranear, señor presidente. No vuelva como un virrey, que acapara las fuerzas de seguridad para su uso personal e impidiendo que cumplan su cometido habitual”. El pasado fin de semana, el periódico ultrachicharrero volvía a dejarle claro a ZP que el que avisa no es traidor sino avisador: “Con respecto a las intenciones de Zapatero de veranear en La Mareta, le pedimos que no se le ocurra venir a Canarias, ni siquiera de vacaciones, porque en estas islas estamos hartos de sus mentiras y de que acuda a nuestra casa con los aires de un virrey, a quien supuestamente estamos obligados a rendir pleitesía de vasallos. En el fuero interno de los canarios, lo despreciamos a él y a los españoles que nos maltratan”. Le faltó añadir al periódico de don Pepito Rodríguez lo de “godos” o “enterados de la caja del agua”, que haberlos haylos a puntapala, por cierto.

La de este verano de 2009 será la tercera vez que Zapatero va a vacar en Lanzarote y en esa residencia de La Mareta que es Patrimonio Nacional (o sea, de todos; o sea, de nadie... más que de la Familia Real, presidentes y por ahí). Allí murió la condesa de Barcelona, madre del Rey, y por allí han pasado mi semitocayo Gorbachov, o el ex presidente checo Vlaclav Habel. Y aunque no consta que Berlusconi haya pernoctado en la residencia conejera ni una sola noche, recordaba el diario El Mundo hace una semana que “La Mareta ha sido siempre polémica. No porque el presidente gastara 271.000 euros en reformas para su primer veraneo en 2005 y 9.000 euros en pintar la cancha de baloncesto que, por lesiones, sólo utilizó tres días, sino por su construcción, que invadió terreno que no debía, cortando incluso el paso a un camino vecinal. A lo peor, este verano se aprovecha la presencia de Zapatero para manifestaciones, ya que es uno de los edificios a los que está afectando la Ley de Costas. Mientras en la España peninsular como insular se está aplicando esta Ley con rigor, sobre todo contra los más débiles, como son los propietarios de los chiringuitos, a La Mareta... ¡ni la toques!”.

¿Manifestaciones de protesta en Lanzarote contra los usos y abusos de la clase política? Qué poco conoce la prensa de Madrid a la gente de esta pobre islita rica sin gobierno conocido...

La última vez que hice referencia en esta misma tribuna a los suntuosos caprichitos del matrimonio ZP en Lanzarote, varios portales digitales de la Península colgaron la columna por ahí afuera, para que sus lectores no adictos al PSOE rajaran contra la familia Zapatero y los lectores de tendencia psoecialista me dijeran de todo menos batatero. Gajes del oficio. Pero importa lo que importa: la buena nueva de la vuelta de Zapatero a este Lanzarote que ya no es ni sombra de lo que fue, donde la presidenta prestada del Cabildo retoma la vieja costumbre de jugar al escondite a la hora de convocar plenos en días difíciles y casi de amanecida, como hacía años ha algún alcalde de San Bartolomé de cuyo nombre no quiero acordarme, o don Domingo González Arroyo, el marqués de las pocas dunas que van quedando en Corralejo, cuando alcaldeaba en La Oliva. “Yo es que soy demócrata”, repite una y otra vez Manuela, ignorante de que en democracia no tiene mayor mérito ser demócrata o democrática (ella no se comporta ni como lo primero ni como lo segundo, como es triste fama).

Cuando vuelva a pisar tierra cristiana, canaria y conejera, dentro de unos días, dejemos que el presidente del Ejecutivo nacional que no nos merecemos disfrute en Lanzarote de las bondades de nuestro clima; del viento que no gestionará Inalsa por culpa de la inacción y el desastre en la gestión del PSOE-PIL de los últimos lustros; del calor que algún correligionario de Zapatero no sufrirá porque estará a la sombra (de Tahíche); de la calima que por muy espesa que se presente cuando ZP esté entre nosotros no será nada comparada con la oscura y opaca transparencia (con perdón por el aparente contrasentido u oxímoron) de su colega presidencial doña Manuela Armas. Ya está tardando el Cabildo conejero, para mi gusto, en otorgarle a don José Luis Rodríguez Zapatero, el presidente de los más de cuatro millones de parados, el merecidísimo título oficial de Turista Predilecto de Lanzarote, o nombrete similar. Nadie podrá discutirle al presidente ausente que el papel de guiri lo borda: siempre da la sensación de que no se entera de nada. Como Mela en el Cabildo... ([email protected]).

No soy digna de que entres en mi casa, ZP
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