viernes. 29.03.2024

1.- A las doce y cuarto de la noche del sábado al domingo me dispuse a escribir este artículo, tras hacer un recorrido, vía Internet, por los distintos medios de comunicación escritos y digitales de España. Sólo encontré de noticiable la foto de una gorila africana abrazando a un hombre, benefactor de estos animales, que la codicia humana apresa y mata. Vi por encima la foto y la noticia, la pasé, intenté recuperarla, no pude -no sé por qué--, pero me quedó la imagen. Preciosa. Una de las películas que más me ha impresionada en mi vida fue aquélla, "Gorilas en la niebla", de Michael Apted , protagonizada por Sigurney Weaver . Me pareció un film tremendamente duro de argumento, pero igualmente tierno. Cada vez me entusiasman más las películas sobre animales y por eso no dejo de ver cine de Walt Disney o excursiones de la National Geographic. No sé por qué, me hicieron una vez miembro de la National Geographic Society y me enviaron un bonito diploma que tengo enmarcado en mi despacho. Así que me siendo miembro de la casa.

2.- Cada vez entiendo más a aquel fiscal, Fungairiño, que cuando le preguntaron si no veía la televisión, como para recriminarle algo, él contestó que lo único que veía eran los documentales. Lo entiendo perfectamente; la televisión en España no se puede aguantar, a no ser que echen películas, reportajes de "Callejeros/viajeros" y "Españoles por el mundo" y documentales de la National Geographic Society. Lo demás es insufrible. Quedarse para escuchar y ver un telediario, de cualquier cadena, es entrar en depresión. Sólo se habla de corrupción, de ladrones, de cárceles y de Hacienda. Y ante estos cuatro esperpentos, yo paso y me pongo a ver cómo una gorila abraza a un hombre que va a evitar que un cazador sin escrúpulos la mate. Esto sí que me interesa mucho.

3.- Total que, concluido el artículo, cuando ya es madrugada, me voy a la cama, satisfecho por haberme desahogado con el lector. No sé por qué, debe ser por los años ya, llego al sábado y al domingo completamente agotado, a pesar de mi estado de jubilación. Debe ser agotado de leer, escuchar y ver malas noticias por todas partes y porque ya nadie te llama para comentarte algo positivo, sino para todo lo contrario. Esto de la crisis nos ha puesto a todos de muy mal humor.

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No pasa nada
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