sábado. 20.04.2024

No se considera ni famoso ni leyenda y eso que Raphael es para muchísimas personas el artista más grande que ha habido en España. Conquista en las distancias cortas y lo hará como a él le gusta, encima de un escenario el próximo viernes 5 de junio, a partir de las 9 de la noche en Marina Lanzarote. Este lunes, Raphael participó en Crónicas Radio – Cadena Cope para hablar de su trayectoria y del espectáculo “Gira de Amor y Desamor” patrocinado por esta casa.

- ¿Cómo vive una persona sabiendo que es una leyenda?

- Es que yo no me siento una leyenda. Soy un chico que siempre está empezando, al que cada día le gusta más su trabajo y no me siento leyenda para nada.

- Si lo ha conseguido absolutamente todo en su carrera…

- Lo que pasa es que yo tengo la inmensa suerte de poder trabajar en lo que me enloquece. Esa es una gran suerte y yo sigo manteniendo la misma ilusión de cuando estaba empezando. Por eso, nunca me voy a sentir una leyenda.

- ¿Qué le mantiene con los pies en el suelo?

- Que soy tauro y nosotros siempre estamos con los pies en el suelo.

- Le tuvieron que dar un “disco de uranio” porque después de vender 50 millones de copias de un solo album, los de oro y platino se le quedaban pequeños. ¿Cómo se siente cuando pasa algo así?

- Muy bien porque son premios que el público te da. Compraron 50 millones de copias de un disco en concreto; luego está todo el resto. Ahí se nota el cariño que la gente te tiene.

- ¿Ha sido el premio que más ilusión le hizo o los ha habido más pequeños pero que le hayan tocado más el corazón?

- Claro. Por ejemplo, el primer premio que me dieron en el Festival de Benidorm no fue el mejor del mundo pero como fue el primero, para mí tiene un significado muy especial. Siempre la primera vez tiene algo diferente. Yo he estado en los grandes teatros del mundo pero siempre tengo el recuerdo de la primera vez. La primera vez que fui al Madison Square Garden o al Carnegy Hall fueron las que se me quedaron para siempre.

- ¿Hacen más ilusión los premios al principio?, ¿se va uno acostumbrando a ellos?

- No. A mí me hacen más ilusión ahora que antes porque me doy más cuenta de todo. No soy un pipiolo que pasa corriendo por la vida. Ahora pienso las cosas de otra manera, más asentado, pisando huevos. Tengo más aprecio a lo que me dan pero lo principal es el cariño de la gente y eso lo noto cada día a raudales.

- ¿Cómo es su día a día cuando no da conciertos?, ¿puede salir tranquilamente a la calle siendo tan famoso?

- Es que yo no me siento famoso. Donde me siento bien y como pez en el agua es en el escenario y frente al público. Ahí es donde me siento realizado y donde siento el amor que la gente me tiene desde hace muchos años.

- ¿Qué hace cuando no está de gira?

- Estoy viajando o pintando. Siempre tengo muchas cosas que hacer.

- Menciona la pintura. Ha hecho música, cine, televisión, radio… ¿Le queda alguna disciplina artística por tocar?

- Lo que tengo que hacer es perfeccionar lo que hago.

- ¿Hay algo que se le dé mal y necesite pulir?

- Todo necesita pulirse y hay que estar constantemente revisando lo que se hace. No puedes vivir del pasado ni de los recuerdos. Siempre se puede hacer mejor.

- A alguien que ya ha demostrado todo lo que tenía que demostrar, ¿se le exige más o se le perdona más?

- Se le exige más. El español no es de perdonar. Al público tienes que salirle enterito. No se le puede ofrecer lo que ya no es. No se puede vivir del recuerdo.

- En España se tiene a subir a la cima a la gente y luego dejarla caer…

- Yo no puedo decir eso porque a mí me tienen en palmitas todavía.

- ¿Cómo se consigue que sus canciones se las sepan desde los abuelos hasta los nietos?

- Pues siendo muy sincero con la gente. La gente sabe si vas en serio o en broma. Las personas afortunadamente son muy listas.

- ¿Es consciente de que ha formado parte de la vida de todos los españoles en algún momento?

- Así es y eso desde hace 55 años, que se dice pronto. Es un milagro que se produce diariamente. Jamás me he sentido tan vigente como me siento ahora.

- Usted, que ha participado dos veces en el festival de Eurovisión, ¿qué opinión tiene de este certamen ahora?

- Lo que se hace ahora es mucho mejor que lo que se hacía antes pero no tiene nada que ver con un festival. Ahora es una mostra impresionante, un gran espectáculo. Antes era un concurso de canciones puro y duro.

- ¿No le da vergüenza ver en lo que se ha convertido?

- No porque “ya no es aquel”. Es un espectáculo diferente que no tiene nada que ver con la emoción que se producía cuando tenías que salir y todo era directo, con la orquesta tocando en vivo.

- Ha hecho grandes duetos. ¿Se le ha quedado alguno pendiente?

- No. Yo creo que he hecho todos los duetos habidos y por haber pero cuando me vuelva a apetecer haré otros cuantos.

- Al margen de sus viajes y giras, se ha implicado en las campañas de donación de órganos. Usted necesitó en su momento un transplante de hígado. ¿Es importante que los artistas se impliquen en causas humanitarias y solidarias?

- El artista siempre debe estar implicado en causas humanitarias. Siempre que sales al escenario ocupas un lugar en el corazón de la gente y puedes permitirte el lujo de pedir a la gente que haga cosas como ser donante.

- ¿Deben implicarse los artistas con la política?

- No. Al menos, yo no lo hago.

- ¿Qué vamos a ver en este concierto del próximo viernes en el puerto de Marina Lanzarote, que promete que va a ser “en carne viva”?

- Eso, un concierto en carne viva y a todo color. Estamos haciendo unos conciertos impresionantes. Lo hemos llevado por América y toda España y es un espectáculo de los más redondos que me han salido. Recomiendo a la gente que no se lo pierda porque se lo va a pasar muy bien.

- Va a haber dos opciones, ver el concierto sentado o de pie. ¿Si tuviera que ir como público a su concierto, cuál elegiría?

- Me lo pones difícil. Hay momentos en que me apetecería estar sentado pero otros en los que preferiría estar pegando botes.

“No me considero una leyenda”