jueves. 25.04.2024
Nadie sabe quién está detrás de estos folletos que incitan a la rebelión vecinal contra el la Ley de Memoria Histórica. Aseguran que sólo quieren que las ideologías no condicionen “nuestra forma de vida diaria” y enumeran los múltiples inconvenientes que esos simples cambios nominativos generan a los residentes de esas calles

“No me compliques la vida”, una plataforma contraria al cambio de nombres de calles

Los vecinos de esas calles afeectadas deberán actualizar su D.N.I, el carnet de conducir, el recibo del agua, el recibo de la luz, las cartas del banco, el pasaporte, la tarjeta de la Seguridad Social, la del paro, jubilado, permisos, licencias, carnet de transporte, entre otros documentos, además de aguantar pérdidas, retrasos y confusiones en cartas, envíos y visitas

El colegio La Destila en Arrecife, claro ejemplo de las repercusiones de la Ley de Memoria Histórica.

Desde hace años muchas de las calles, plazas y centros españoles están cambiando sus nombres debido a su referencia o relación con el término franquismo. Arrecife también se ha unido recientemente a la iniciativa y, además del rebautizo de dos de sus colegios, el Ayuntamiento anunció este lunes que creará una comisión para renombrar algunas calles de la capital.

Dos colegios de Arrecife le dijeron adiós a sus nombres franquistas el pasado mes de septiembre. Fueron los pioneros, los primeros renombramientos con los que el Ayuntamiento de la capital materializaba el contenido de la Ley de Memoria Histórica y con los que se desmarcaba de las connotaciones franquistas en la ciudad.

Sin embargo, ¿se habían percatado de los numerosos trámites a que esos simples cambios de denominación de ciertas calles obligarán a los ciudadanos que residan en esas determinadas vías? El pasado 28 de abril unos doscientos vecinos de la Plaza Ruiz de Alda de Sevilla se reunieron para recoger firmas en contra del cambio de nombre de calles que quiere hacer el Ayuntamiento, igual que en el resto de municipios, en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica.

Según contaba José Miguel González Cruz, presidente de la Asociación de Vecinos Huerta de la Salud, organizadora de la recogida de firmas, la indignación de los residentes era muy grande por todas las molestias que el cambio de nombre conlleva. Se oponen a ese cambio, porque a su juicio no tiene sentido con todos los problemas que hay que arreglar en la ciudad.

Antes de la recogida de firmas, a José Miguel González y a otros numerosos ciudadanos les habían repartido una especie de pasquines, con formato de cartel, que edita la “Plataforma no me compliques la vida”.

Obligados al cambio y la actualización

Esta nueva asociación informa a los ciudadanos que si cambian el nombres de las calles los ciudadanos van a tener que cambiar su D.N.I, el carnet de conducir, el recibo del agua, el recibo de la luz, las cartas del banco, el pasaporte, la tarjeta de la Seguridad Social, la del paro, jubilado, permisos, licencias, y el carnet de transporte municipal, entre otros documentos, además de aguantar pérdidas, retrasos y confusiones en cartas, envíos y visitas.

Además de repartir su manifiesto por las calles a los sevillanos, la por ahora anónima Plataforma cuenta con una página web (www.nomecompliqueslavida.es) en la que explica, aunque sin dar nombres ni dirección alguna, que son una entidad apolítica, “un grupo de ciudadanos libres e independientes que sólo buscamos que no nos compliquen la vida”.

Se definen como una plataforma de “ciudadanos libres y cabreados por las molestias e innecesarios trámites que tendrán que afrontar miles de ciudadanos por el cambio de nombres de algunas calles de la ciudad”. Aseguran que son una plataforma abierta, y que sus miembros no tienen ninguna tendencia política. “Nos da igual lo que piense cada uno. Sólo queremos que las ideologías no condicionen nuestra forma de vida diaria”, apostillan en su web.

“No me compliques la vida”, una plataforma contraria al cambio de nombres de calles
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