viernes. 19.04.2024

Por Fernando Marcet Manrique

Ahora sí. La semilla que se puso el pasado 15 de Diciembre, en aquella manifestación que acabó frente a la Cámara de Comercio, por fin ha germinado y dado fruto. Atrás quedan los sinsabores y malos rollos. Delante nos esperan un montón de reivindicaciones y batallas que darán la verdadera medida de lo que nuestra asociación pretender ser y significar.

En estos días lanzaroteños, días en los que ha quedado meridianamente claro que juventud y ganas son conceptos incompatibles con las formas de entender y practicar la política en nuestra isla; días en los que el nombre de Lanzarote está más cercano al de Marbella que al de César Manrique, pensamos que una asociación como la nuestra se presenta como la opción más acertada para intentar revertir el proceso decadente que de último venimos padeciendo a todos los niveles.

Los partidos políticos insulares están podridos desde dentro. Se engaña quien crea que desde el interior de alguno de ellos se puede arreglar o tratar de arreglar nada. Al menos directamente. No es que dentro de los partidos no haya individuos verdaderamente valiosos. Y, desde luego, tampoco se puede negar que son las fuerzas políticas las que tienen la última palabra a la hora de hacer o deshacer. Pero el quid de la cuestión es quién pone en boca de los partidos esa última palabra que los teledirige hacia un derrotero u otro. La política es una ciencia de presiones. Y la presión en Lanzarote, en estos momentos, está siendo ejercida prácticamente en un solo sentido.

El asociacionismo es la opción que presenta más ventajas si el deseo de ayudar y hacer cosas por mejorar la situación insular es sincera.

Desde los tiempos del Guincho (cuando El Guincho era El Guincho), Lanzarote no cuenta con un movimiento ciudadano independiente, capaz de poner freno a ciertos desmanes tan comunes en nuestra geografía insular. Desmanes, al parecer, muy difíciles de refrenar. Entre unos y otros nos han condenado a todos a tener que afrontar millonarias indemnizaciones, obligándonos a poner la cama, por si el aprovechamiento hubiera sido poco.

Solo la Fundación César Manrique, hoy por hoy, ejerce ese papel protector en Lanzarote. Y es un papel que, ciertamente, no les corresponde a ellos.

Somos los ciudadanos los que debemos asociarnos, en un proyecto abierto y común. Un proyecto que no parta desde cuestiones tan triviales como es la necesidad de conseguir votos a toda costa, sea desprestigiando al rival, sea manejando las sucias estrategias a las que nos tienen acostumbrados. Un proyecto que no pierda un segundo en reivindicaciones que no tienen nada que ver con los verdaderos problemas que nos acucian y dificultan nuestro día a día.

No queremos tener nada que ver con nacionalismos, ni con izquierdas, ni con derechas. Nuestro compromiso es con la practicidad y con el sentido común. Si un ciudadano compra una placa solar y Unelco no lo coloca porque no le da la real gana, ahí estaremos nosotros. Si el Ayuntamiento demora una cédula de habitabilidad a alguien por espacio de un año, esgrimiendo excusas peregrinas, ahí estaremos nosotros. Si los supermercados confabulan precios, ahí estaremos nosotros. Problemas reales, prácticos, cotidianos, que hoy por hoy se están dando a puñados, sin que, al parecer, haya verdadera voluntad por resolverlos.

Ese es el proyecto que pretende encarnar ALEA. Somos una asociación, sí, pero no nos venderemos por conseguir cuatro euros en el próximo ejercicio, apartado subvenciones. Daremos la murga un día sí y otro también, y aunque nos equivoquemos, no será el temor a perder una subvención el que nos haga retractarnos, sino los argumentos y hechos probados.

Queremos ser independientes y apartidistas, por mucho que cuando nos enfrentemos a unos nos tilden de “proaquellos” y cuando nos enfrentemos a los otros nos llamen “proestos”. Ni “proestos”, ni “proaquellos”, no es nuestra intención hacer equipitos y jugar partidos de fútbol. Los buenos y los malos los dejamos para las películas de vaqueros. Nuestra lucha será la lucha de nuestros socios y la de quienes nos hagan llegar a nosotros todo tipo de injusticias o inquinas. Esa será nuestra lucha, y la plantearemos sin tregua.

Por último, invitamos a todos quienes tengan ganas de hacer algo por solucionar los problemas de la isla, compartiendo nuestro punto de vista práctico y apartidista, a asociarse, pues sin duda necesitamos a cuanta más gente mejor. Lo pueden hacer en:

www.dosdosdosmilocho.foroactivo.com

[email protected]

Nace ALEA (Asociación Lanzarote en Acción)
Comentarios