martes. 16.04.2024

Por Laura San José

Firmar un contrato, hacer un seguro de vida o que un niño vaya a un comedor escolar sin problemas parecen ser actividades habituales para cualquiera y sin embargo no lo son para determinadas personas, las seropositivas. Que los ciudadanos con Sida todavía son marginados en nuestra sociedad es algo evidente pero ahora, gracias al informe publicado por la Fundación para la Investigación y la Prevención del Sida en España conocemos también cuáles son los ámbitos en los que más discriminación se ejerce. Según este estudio, sanidad, seguros y empleo son los sectores en los que los portadores del VIH encuentran más problemas para vivir con normalidad. Eso, en cuanto a los adultos, porque el texto también revela que los niños son en ocasiones mal atendidos por el personal de los comedores escolares, profesores o los propios compañeros cuando se enteran de que padecen esta dolencia.

La encuesta de salud del Instituto Nacional de Estadística también hace su evaluación de la situación y los datos tampoco son precisamente halagüeños. Uno de cada tres españoles dice que no trabajaría o estudiaría con un afectado.

Fran Alegre es el presidente de Faro Positivo en Lanzarote, una ONG que lleva ya tres años trabajando en Arrecife, y asegura que este dato es totalmente real y que “todavía existe un grado de miedo y desconocimiento que coincide con esta cifra”. Estadísticas como ésta, que pueden parecer más propias de hace 20 años, cuando todavía existía una información prácticamente nula sobre el VIH, se siguen dando en un momento en el que incluso en el lugar más recóndito del planeta debería saberse lo que es el Sida y sus formas de contagio. Alegre dice que “sí que hay mucha información en la calle pero normalmente la gente sólo se preocupa cuando le toca de cerca”. De todos modos, asegura el presidente de Faro Positivo que sí han cambiado las cosas en las últimas dos décadas y sí se sienten menos discriminados, sobre todo por la evolución que se ha producido en el ámbito sanitario. “Ahora existen buenos equipos y profesionales que cada vez están más formados pero todavía sigue siendo complicado” admite.

Despidos

Uno de los casos de discriminación más frecuentes que plantea el estudio de la Fundación para la Investigación y la Prevención del Sida es el de las personas que no consiguen un puesto de trabajo por su condición de seropositivos. En opinión de Alegre, “no tienen por qué pedir ningún informe en el que se diga si tienes el Sida o no porque no es legal pero luego se da la picaresca y se pueden hacer pruebas sin que la persona se entere”. El representante de Faro Positivo asegura que aunque lo racional sería que se tendiera a una integración de los enfermos, el miedo todavía provoca que muchas personas no quieran seropositivos cerca porque piensan que se pueden contagiar. Comenta también que “aunque el contagio se produce a través de la sangre, el semen o los fluidos vaginales, hay gente que todavía cree que esto se contagia como una gripe”.

En cuanto a si en Lanzarote se ha producido algún caso de esta “picaresca” asevera que “los médicos de empresa están para hacer su trabajo y enterarse de todas las posibles dolencias de los trabajadores pero debemos tener claro que no tenemos por qué prestarnos a entregar ciertos informes”.

Discriminación cotidiana

Otra de las conclusiones del informe mencionado revela que donde más discriminación se produce es en la vida cotidiana, que incluye ámbitos como la asistencia, la vivienda o los procesos judiciales. Para concretar más el tema podemos centrarnos en cuestiones como la petición de un crédito. “Yo no me he visto en este caso pero sí sé de mucha gente para la que hacerse un seguro de vida es algo impensable”, reconoce.

El estudio también cita entre los datos más llamativos las exclusiones que se hacen en los hospitales públicos, en los que se deriva o hacen aislamientos improcedentes a los enfermos de Sida. Dice Francisco Alegre que “esto se hacía hace muchos años y no creo que ahora ocurra porque hay mucha más preparación por parte dos facultativos”.

La Educación no se libra de las actitudes discriminatorias aunque en este plano se suele recurrir a conductas mucho más solapadas. Como ejemplo, se puede mencionar el caso de becas universitarias dirigidas a ciudadanos extranjeros que quieran estudiar en nuestro país. En algunas de ellas se exige como requisito no padecer enfermedades infectocontagiosas, que incluye a los enfermos de Sida. Sobre esto, el presidente de Faro Positivo opina que “es evidente que la gente tiene que venir de otros países y entre ellos personas con Sida, ya que en muchos de estos lugares ni siquiera tienen los medios sanitarios que tenemos en nuestro país”.

Niños con Sida

“Tras conocer el APA el informe de minusvalía de mi hijo para acceder a la beca del comedor, se lo dijeron a otros alumnos y profesores, empezando algunos compañeros a no querer jugar con él, e incluso a no querer tocar el material del niño por miedo al contagio. Una profesora hacía comentarios discriminatorios.

El niño quedó muy afectado, le tuve que cambiar de colegio porque estaba triste y no quería volver”. Este estremecedor testimonio es otra de las pruebas de marginación que describe el estudio para la Investigación y la Prevención del Sida en España. Sobre esto, Francisco Alegre opina que “quizá hemos hecho muchas campañas de prevención, repartiendo preservativos y es algo que está muy bien, pero a lo mejor tendríamos que haber incidido más en el entorno de los jóvenes”. El presidente de Faro Positivo es consciente de que este tipo de situaciones se pueden producir y piensa que para evitarlo es necesario realizar campañas de concienciación entre el sector infantil y juvenil. “Me parece fuera de lo normal pero no me sorprende que pueda pasar algo así”, reconoce. En todo caso, lo que Alegre recomienda es denunciar los casos de discriminación, algo que no sucede en la mayoría de las ocasiones porque los afectados tienen miedo. “La gente tiene pavor a darse a conocer como enfermo y termina pensando que la denuncia no va a servir para nada, por eso no se hace”, explica Alegre. Para todas las personas que puedan verse en esta situación, el presidente de la ONG recomienda que se acerquen hasta Faro Positivo, donde encontrarán grupos de ayuda para ellos y sus familiares.

Muchos afectados por Sida no denuncian casos de discriminación por miedo
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