jueves. 28.03.2024

La política es el arte de mentir llevado a la categoría de profesión.

Si hay algo que me ha quedado claro, aunque ya lo tenía asumido, es que en política no triunfa ni el más honrado, ni el más profesional, ni el más preparado ni nada que se le parezca. Solamente triunfa aquel o aquellos cuya capacidad para mentir a los ciudadanos y que estos se lo crean, sea muy superior a la media nacional.

El reciente Comité Federal del PSOE, celebrado el domingo pasado, ha supuesto la confirmación de que mi creencia es cierta, por mucho que me la quieran vestir con una realidad paralela que no se creen ni ellos.

Con el problema de la falta de gobierno desde el 20 de diciembre del año pasado, todos los partidos políticos, por distintas razones, nos han mentido. No es que me coja de sorpresa pero hacía falta algo así para certificar mi teoría sobre la “clase” política que nos gobierna.

Aunque sé que más de uno, muchos probablemente, me digan que se me ha ido definitivamente la olla, voy a justificarles, siempre bajo mi personal punto de vista, el por qué de mi razonamiento.

El PSOE miente cuando afirma que unas nuevas elecciones solamente servirían para fortalecer al PP. Aun siendo verdad esta circunstancia, la realidad es que unas nuevas elecciones dejarían en la calle a algunos diputados de los que hoy gozan de privilegios en razón de su cargo. Mienten porqué además del aumento del PP, tienen la secreta convicción de que, tal y como están y después del espectáculo lamentable del Comité Federal en el que se echó a Pedro Sánchez, el partido está manga por hombro, partido literalmente y con un cisma muy serio con los socialistas del PSC, esa filial socialista catalana dirigida por el folklórico de Mikel Iceta.

En esta tesitura socialista, incluso los del NO es NO a Rajoy mienten. No se oponen porque un gobierno del PP fuera malo, que podría ser, sino porque saben que sus militantes están que trinan por lo de Pedro.

En el PSOE los dirigentes van al Ferrol y los militantes a Huelva.

No apoyan al PP por desatascar nada sino por salvar sus poltronas, presentes y futuras.

En cambio, para el PP la abstención del PSOE es un autentico drama.

En Génova, el domingo hubo más llantos que en la procesión de La Macarena. Por mucho que pregone ahora D. Mariano, la decisión de los socialistas de hacerse el harakiri y apoyar su investidura es la peor noticia que podían darles. Mienten porque su único deseo era el de que se celebrasen nuevas elecciones en diciembre por dos razones: la primera es porque, según todos los indicios, su resultado electoral se presumía mucho mejor que el de las últimas elecciones de Julio, por lo que, a poco que les apoyaran los de CIUDADANOS y algún que otro voto interesado, como el de CC, se quitarían el yugo que supone gobernar con una minoría como la que tienen ahora. Gobernar con el parlamento en contra supone un ejercicio de inteligencia política del que los dirigentes del PP carecen. Eso de tener que negociar hasta los horarios de apertura de los baños del Congreso es algo que no va con su mentalidad, por mucho que nos quieran vender la moto de su capacidad negociadora.

No es lo mismo gobernar con dos que tener que hacerlo con la oposición dándole leña hasta en el carnet, tirando abajo la mayoría de las leyes aprobadas durante su mayoría absoluta. La travesía que les espera hasta las próximas elecciones va a ser un autentico calvario para políticos que están acostumbrados al ordeno y mando.

Por otra parte y como segunda razón, si se celebrasen nuevas elecciones por la negativa del PSOE a abstenerse, el PP se presentaría ante el electorado con esa negativa por bandera, con el slogan de “no queríamos votar de nuevo, pero estos socialistas no nos han dejado otra”. Con la decisión del Comité Federal, toda su estrategia se les ha venido abajo. La única intención de las huestes de Génova era llegar al 18 de Diciembre y renovar el parlamento con más peperos de los 137 que tienen en la actualidad.

Pero claro, poner de manifiesto sus verdaderas intenciones supondría un desastre para sus intereses y eso no es razonable.

Lo de CUIDADANOS es más simple.

Unas nuevas elecciones rebajarían todavía más sus resultados y la posibilidad de quedarse como partido florero es algo que a Rivera y los suyos no les hace ninguna gracia. Por eso, no cabía otra opción que intentar, por el bien del país, un acuerdo que les salvara, a ellos que no a España, de unas elecciones.

Y lo de PODEMOS ya es el colmo del despropósito.

Decir que el apoyo del PSOE, mediante la abstención, es entregar el gobierno a la derecha cavernaria, es de hospital psiquiátrico. Afirmar que el PSOE va a poner en bandeja nuevos recortes, nuevas subidas de impuestos y más políticas limitadoras del bienestar social es como para aumentarles la dosis de la medicación. Nadie en su sano juicio va a pensar tal cosa, pero a estos nuevos salvadores de la patria lo que les interesa es, no un gobierno de coalición con PSOE, Nacionalistas varios, Independentistas recalcitrantes y otros de similar calibre, sino unas elecciones nuevas ya que tal y como está el PSOE, el famoso sorpasso podría ser esa realidad paralela que tanto están buscando. No les interesa gobernar con el PSOE como apoyo, sino ser ellos, los socialistas, los que actúen como bastón del principal partido de la izquierda patria. Con unas nuevas elecciones, esta opción era más que factible y por eso, la decisión de abstenerse les ha sentado tan mal, por no decir una grosería más al uso.

Probablemente esté equivocado y nuestros políticos sean más francos que el Caudillo, pero me da la impresión, por lo que los conozco, que mienten más que el Tato. Decir la verdad, como dimitir cuando toca, no es un axioma valido en el decálogo filosófico de nuestros políticos.

Y como la verdad absoluta no la tiene nadie, ni las verdaderas razones tampoco las sabremos nunca, puede que mi razonamiento tenga visos de ser una realidad.

Mentiras por arrobas
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