jueves. 25.04.2024

Por Pedro San Ginés Gutiérrez

El PSOE suma y sigue en la escalada sin fin de mentiras compulsivas proferidas por su portavoz, el prohombre socialista quien en su cruzada televisiva por la defensa del supuesto Plan de Dimas para INALSA, recientemente respondía a la pregunta de un periodista sobre los paralelismos entre la movilización contra la privatización de los CACT e INALSA, con su habitual e incontenible pulsión a mentir que domina -con excepciones- la acción del Gobierno Insular, imposibilitando así cualquier tipo de entendimiento con la Oposición y la construcción de consensos sobre la gestión de las dos principales empresas públicas de la isla o de nuestro mayor valor, el territorio, con tanta hipocresía y progresía sobre él, que bien merece otro capítulo.

Para empezar, el portavoz nos regaló por enésima vez en los medios, y entre otras muchas, la última gran mentira que el Grupo de Gobierno ha urdido para frenar el clamor contra la privatización encubierta que supone el Plan, y es que “el Consorcio Insular de Aguas ya aprobó” asumir 30 de los 47 millones de euros que financiarían con créditos empresariales, decayendo así la hipótesis de la privatización encubierta. Mayor falacia no cabe, tal y como se demostrará tan pronto como nos faciliten copia de las actas que desde hace tiempo esperamos y pedimos los tres partidos de la Oposición. Pero no sólo es una burda mentira que el Consorcio aprobase tal cosa, sino que es materialmente imposible que lo hiciera. En primer lugar, porque el Consorcio carece de recursos financieros propios para ello, pero fundamentalmente, porque no tiene capacidad para comprometer presupuestariamente a terceros, sin la aprobación previa de todos y cada uno de los plenos de los 7 Ayuntamientos que lo conforman, ni sin previo informe de sus 7 interventores más el del propio Consorcio. Ninguno de ellos existe porque serian negativos con toda probabilidad, como lo fue el del Cabildo por un simple aval.

No obstante, y puestos a ser del todo honestos, hay que admitir que algo sí hemos conseguido entre todos, y es poner los focos para que el Grupo de Gobierno se lo piense dos veces e implícitamente ya haya aceptado lo malo que es su Plan de Viabilidad, cuando ya no hablan de la financiación privada aprobada o introducen la novedad de priorizar las intervenciones, cosas que no contempla el Plan. Pero el gran peligro que aún corremos todos, radica en la soberbia política de no revocar el Plan aprobado en el Consejo, esto es, con financiación privada y sin prioridades. Peligro habida cuenta de los antecedentes y en manos de quien está realmente INALSA, amén de quienes son los únicos “técnicos cualificados” que suscriben y defienden el Plan, Placida y Espino, respectivamente.

Pero no tuvo con eso el portavoz socialista, sino que se atrevió a afirmar sin ponerse colorado, que “le consta -porque maneja documentación que así lo acredita- que CC sí que intentó privatizar los CACT”. Desde Coalición Canaria le retamos a que demuestre semejante mentira, sabedores de que sencillamente es un invento más del PSOE intentando tapar las vergüenzas de su más que sospechosa defensa de un Plan ajeno que no habían visto jamás hasta el día de su aprobación, y eso sí que me consta de primerísima mano.

Lo que afortunadamente sí hizo CC en los CACT (a pesar, entre otros, del PSOE y su Secretario General, a la postre el ex Ministro de Justicia, J.F.L. Aguilar, quien animado por la organización insular, vergonzosamente manipuló y alimentó con su apoyo, en visita expresa, el movimiento contra el fantasma de la inexistente privatización) fue poner en marcha una Sociedad Anónima 100 % pública, exactamente tal y como hoy es INALSA (cuán grotesca es la perversión de su discurso) y esperemos que siga siéndolo, también a pesar del PIL-PSOE.

En cualquier caso, ni es nueva la conocida pulsión a mentir del portavoz, ni suya es toda la responsabilidad de un partido histórico y respetable que debe reaccionar y no permitir que su voz siga siendo la de alguien que miente compulsivamente, políticamente hablando claro, que no es poco.

Mentiras compulsivas
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