jueves. 25.04.2024

1.- La primera vez que estuve en los Estados Unidos fue en noviembre de 1972, en un viaje inolvidable que organizó Alfonso Pérez Muñoz , un gran conocedor de este país. Luego he ido tantas veces que ya he perdido la cuenta, aunque ser un coleccionista de mis propios pasaportes -13 he sacado hasta la fecha, uno de los cuales se me perdió-, me permite reconstruir la historia de cada uno de los viajes a esa ciudad que vinieron después y que casi llegan al medio centenar. Conozco muy bien Nueva York y mis amigos de allá se asombraban de que yo me bajara de un taxi en Harlem, en 1972, y recorriera a pie zonas de aquel barrio, al caer la tarde, cuando las ratas salían de sus madrigueras y los vendedores de drogas montaban sus tertulias en las esquinas. Harlem es ahora un barrio mucho más tranquilo, han sido reconstruidas las casas en ruinas y se ven distritos de negros ricos, que han impuesto la paz. Porque en 1972 hasta los policías de Harlem eran negros y allí los blancos no eran bienvenidos.

2.- Nueva York ha vivido días de muchos y malos recuerdos de los atentados del 11-M; y actos de reconocimiento hacia aquellas víctimas inocentes; víctimas del odio y de la intolerancia islámica. Su dolor es también mi dolor porque yo quiero mucho a esta ciudad, en la que he vivido horas y días extraordinarios. Estoy seguro de que la urbe superará la depresión que causa el recuerdo de estos sucesos, aunque tardará. El famoso siquiatra español Rojas Marcos , que vive y trabaja en la ciudad y que ha sido responsable de la salud pública en N.Y., ha dicho que hay testigos que recuerdan lo vivido aquel día, otros que prefieren olvidarlo y gente que cree haber estado presente, pero que realmente no estaba allí. Puede que la avalancha de información, el tremendo dolor generado por aquel atentado y la confusión entre lo que se vive realmente y lo que se ve en la televisión hagan el resto. En todo caso parece una observación muy interesante.

3.- Son emocionantes los testimonios e impactantes las fotografías que la prensa publica hoy y que no se atrevió a hacerlo en los días posteriores al atentado. Todavía no ha aparecido en los medios ni una sola foto de muertos. En los archivos oficiales del FBI y de la CIA estos documentos habrán sido guardados, esperando el futuro. Nada en este mundo queda en secreto. Alabo la sensibilidad de quienes impidieron estas visiones innecesarias. Puede que tuvieran razón los sicólogos alemanes, cuando la Baader Meinhoff : contra terrorismo, silencio. Porque los malos se crecen cuando ven publicadas sus fechorías. El silencio los desanima.

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Memoria de Nueva York
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