jueves. 25.04.2024

1.- Tengo que reconocer que hay memes muy originales y que me descojono con algunos de ellos. Y que, en muchas ocasiones, me sirven para armar mis entrevistas imaginarias con personajes que jamás me contestarían así las preguntas que les hago, cada domingo, en el “Diario de Avisos”. Ayer recibí tres o cuatro buenísimos. Y he enviado al periódico digital “El Diario de Tenerife” algunos de ellos. Uno representa a Franco, disponiéndose a lanzar un triple en una cancha de baloncesto y, debajo, un lema: francotirador. El otro representa al mismo general poniendo una mano, desde una esquina de la portería del Valencia, para que el balón de Messi no entre, que entró. Por cierto, que una casa de apuestas se ha arriesgado a dar ganador al Barcelona por ese gol fantasma, lo que le podría costar una cadena interminable de demandas, porque en el fútbol –al menos en el nuestro— lo que priva es el acta del árbitro. Y el partido entre el Valencia y el Barcelona acabó con empate a uno. Ni gol fantasma, ni puñetas. Imagínense que esa casa de apuestas registraras como no válidas todas las jugadas chimbas del Barça –que han sido algunas— que acabaron en goles ilegales y alterara el resultado final en todas esas apuestas. Ojito. El tercer meme es filosófico, o al menos más sutil. Dice (sic), y es muy canario, un cartel colgado en la pared de un bar: “No hay Güi-Fi. Aleguen”. Genial, porque hasta el papa Francisco ha llamado la atención sobre el uso de los móviles en las familias, lo que hace que en estos tiempos los miembros de las propias familias no hablen. Dije en alguna parte que observé, almorzando en el Hostal de los Reyes Católicos en Santiago de Compostela, cómo los cuatro miembros de una misma familia, el matrimonio y los dos hijos menores tecleaban mensajes mientras comían, sin dirigirse la palabra en ningún momento. De verdad, me causó tristeza. No, hombre, hay que hablar porque el mundo se va a olvidar de pronunciar palabra alguna.

2.- Estoy leyendo un libro espléndido sobre el idioma, de Lola Pons Rodríguez. Se titula “Una lengua muy muy larga” y está editado por Arpa. Se lo recomiendo a ustedes. Iba en el coche escuchando, como siempre hago, la COPE, y Carlos Herrera entrevistaba a la profesora Pons, que explicó, en pocas palabras, cómo ha cambiado el idioma desde el siglo XVI, sobre todo, a esta parte. Repito que el libro es de sumo interés y lo estoy leyendo con verdadero apetito. Me encanta. Se trata de más de cien historias curiosas sobre el español. Muy didáctico, fácil de leer. Agapea me lo consiguió en unas cuantas horas y ya lo tengo en mi poder. Lo de Agapea es una gozada: pides un libro y siempre te lo encuentran rápidamente. Ya saben, supongo, que su sede está en la Avenida 3 de Mayo de Santa Cruz.

3.- No voy a hablarles del coñazo de Cataluña, al menos no mucho, pero Freixenet está esperando al día 21D para decidirse si se va o se queda, dependiendo de la evolución del secesionismo. Y ojo porque los informes de la Guardia Civil ya señalan a la tal Marta Rovira, que está de uñas con Junqueras porque es ambiciosa como ella sola y quiere quitarle el puesto al estrábico, como una de las estrategas del 1 de octubre. Cuidado, porque hay ciertas noticias que acercan a Rovira a Soto del Real, a pasar unas vacaciones con traje a rayas. Aunque, claro, dejo esa parte a la justicia. Por cierto, qué mala suerte están teniendo los fiscales. Primero fallece Maza, el fiscal general del Estado, y ahora muere, tras una grave y larga enfermedad, el fiscal jefe del TSJ de Cataluña. Descansen en paz estos dos buenos y grandes hombres de la justicia.

Es una publicación de El Diario de Tenerife.com

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