jueves. 28.03.2024

Los países más felices son aquellos en los que disfrutan de un buen sistema de salud. Esto, al menos, es lo que dice un estudio titulado “El mapa mundial de la felicidad”. Si tenemos en cuenta que España ocupa el puesto 46, quizá es que los españoles no valoran muy positivamente los servicios sanitarios de que disponemos.

Sin embargo, y en contra de esta noticia, un sondeo realizado por la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias, asegura que el 81% de la población está satisfecha con la atención que se le dispensa en esta área. ¿Es entonces mejor la sanidad aquí que en el resto del Estado?

El director del Área de Salud de Lanzarote, José Manuel Sosa, cree que los lanzaroteños no tienen queja en este sentido y eso que dan a la salud la importancia que merece. Dice que “si no fuera así, las señoras no irían a dar a luz a los hospitales ni los pacientes se tratarían con nuestros médicos”. Cree que “la gente normalmente sale contenta cuando va a operarse al hospital aunque eso no quita que en algún momento no se pueda perder una radiografía o extraviar un documento”. Hay que tener en cuenta que cuando se acude a los servicios sanitarios es porque alguien tiene un problema y se está sufriendo y por principio, no es una situación agradable.

Sobre el sondeo con estos estupendos resultados que ha publicado la consejería de Sanidad y que a algunos les pueden parecer poco objetivos, Sosa cree que “no hay que desconfiar porque estas encuestas se encargan a empresas privadas”. Es más, dice que “nosotros somos los primeros interesados en que los datos que nos ofrecen sean los reales para poder evaluar la situación y corregir los problemas”. Así pueden hacer comparaciones con otras comunidades para evaluar el nivel de la sanidad en el Archipiélago. Por eso insiste en que estos estudios se encargan a empresas privadas con solvencia que puedan aportar cifras verídicas.

“La gente a la que se atiende en Lanzarote está contenta y satisfecha”, dice Sosa que reconoce que “el único conflicto que hay son las listas de espera, un problema derivado de la falta de profesionales de la Sanidad”.

Especifica que “una vez superado ese asunto, y con la persona ya atendida, no suelen darse reclamaciones”. En general, comenta que todo el mundo sale contento del trato de cirujanos, enfermeras, ats...y “si se atiende a diario a 12 o 13.000 personas y sólo una o dos se quejan, no puede decirse que el sistema esté funcionando mal”. Por eso, cree que el porcentaje del 80% ofrecido por la encuesta en el ámbito regional puede extrapolarse a la Isla.

Es frecuente que muchas personas se preocupen injustificadamente y piensen que van a ser mal atendidos antes incluso de que surja el problema. El director del área de Salud reconoce que muchos pacientes empiezan a agobiarse en cuanto saben que se les va a operar y luego, después de la intervención reconocen que no había motivo para quejarse. Esto lo justifica por el factor de incertidumbre que siempre existe cuando uno acude a un médico, algo que de por si genera un estado general de desconfianza porque el individuo no sabe qué se le va a diagnosticar.

Los pobres se quejan menos

Otro de los datos que aparecen en el estudio publicado por la consejería de Sanidad da a conocer que las personas que se sitúan por debajo de umbral de la pobreza realizaron un mayor número de visitas médicas en el último año y que el 82,5% se mostró satisfecho del servicio recibido. Sosa se alegra de este dato porque dice que refleja que tenemos un sistema de salud democrático y sin tratos de preferencia que atiende a todo el mundo en las mismas condiciones. Comenta que “esto no significa en ningún caso que la gente con dinero se vaya al privado porque al privado va todo el mundo, tenga dinero o no, porque incluso el que no lo tiene lo busca para algo así”. Tampoco quiere ver en estas inusuales quejas de las personas con menos recursos que los que presentan un nivel de vida más bajo no sepan qué cauces hay que llevar a cabo para protestar. Dice que “el estado de satisfacción de un individuo no tiene nada que ver con el dinero y que la conclusión que hay que extraer es simplemente que la gente se queda contenta”. Lo que sí reconoce es que las hojas de reclamaciones se utilizan frecuentemente siempre que el paciente piensa que no ha recibido lo que considera un trato correcto.

Palizas a médicos

“Actualmente se está produciendo una situación del maltrato hacia el médico por parte de algunos pacientes que no entienden que ellos no tienen la culpa de los defectos de nuestro sistema, que están saturados de trabajo y que están siendo agredidos porque no se les atiende cuando quieren”, explica indignado el responsable del área de salud en Lanzarote. Dice que mucha gente no entiende que el índice de inmigración está aumentando de una forma brutal en el archipiélago y esto no se está compensando con el incremento de personal en los centros de salud. Por eso quiere que los ciudadanos comprendan que los facultativos están sobrecargados de trabajo en las Islas Canarias y que hacen todo lo que está en su mano por ofrecer la mejor atención a los pacientes.

En cuanto a la responsabilidad de los propios usuarios de estos servicios, comenta que en muchas ocasiones somos nosotros mismos los que entorpecemos las prestaciones sanitarias y destaca el hecho de la saturación que se produce habitualmente en el servicio de urgencias, en muchos casos sin motivo. Es más, concluye a modo de ejemplo que “curiosamente cuando había partido de España en el mundial, no había nadie en urgencias”.

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