jueves. 18.04.2024

El día a día para una persona con alzheimer y para sus familiares es dura; requiere constancia y ayuda. Es por esta razón que la Asociación de Enfermos de Alzheimer y otras Demencias (AFA) de Lanzarote lleva diez años trabajando duro y por esta razón que su presidente, Manuel Ruiz, no cesa en su lucha para que mejore este problema social.

- ¿Qué objetivo persigue la Asociación de enfermos de Alzheimer y otras demencias con esta iniciativa?

- Pretendemos básicamente cubrir las necesidades de los enfermos de Alzheimer y sus familias. Las propuestas se centran en dos puntos: la ampliación del Centro de Estancia Diurna “Las Cabreras” y la construcción de una residencia específica. Solicitamos una ampliación ante la gran demanda que las familias solicitan. Se necesita en el Centro una mayor capacidad y también de horario. Que los enfermos y familiares puedan acudir cuando quieran y se alarguen las horas de visita. No es un deseo personal, para muchos enfermos no es suficiente acudir tres veces a la semana.

Sobre la construcción de una nueva residencia, pretendemos crear un espacio adecuado y amplio donde los pacientes puedan acudir por proximidad y evitar el grave trastorno que producen los traslados en sillas de ruedas o para personas sin medios.

- ¿Cómo y cuándo surge la decisión?

- El centro Las Cabreras se abrió hace ocho años, desde hace cuatro comenzamos una campaña ante la gran demanda que solicitaba su ampliación. Queremos respuesta a todo tipo de necesidades. El desbarajuste político que existe en Lanzarote se traduce en un caos a la hora de respuestas y actuaciones. Comenzamos a reunir firmas a finales del año pasado y pensamos que ahora, con el cambio de gobierno, era el momento perfecto para enviarlas.

- Manuela Armas ya tiene en sus manos las 13.019 firmas que ha reunido AFA en menos de un año. ¿Han recibido respuesta desde el Cabildo?

- Tanto Manuela Armas como el Consejero del Cabildo, Joaquín Caraballo, y otros políticos se muestran receptivos y sensibles con este problema. He hablado durante toda la semana con el Presidente del Cabildo y me ha comunicado que visitará el centro en los próximos días para analizar la situación y las posibilidades.

- Uno de los obstáculos a los que se enfrentan con este proyecto tiene que ver con el plan territorial. ¿Cómo tienen en mente esquivarlo?

- Hasta ahora el problema era de espacio, por el plan territorial. ¿Qué problema existe si ya lo tenemos? El proyecto de creación del centro plantea construirlo entre Tahíche y Nazaret, en la antigua cancha de fútbol-sala que está rodeada con altar paredes. Se necesitaría reconstrucción interior: dotarlo con habitaciones y todo tipo de servicios pero la construcción ya está hecha; la obra está empezada, sólo hay que acabarla.

- Reclaman respuestas y acción, ¿es también ésta una demanda de atención e iniciativa?

- Por supuesto. Este tipo de enfermedades son un problema social y son las instituciones y los políticos los que deben responsabilizarse. Hablan ahora de que no se ajusta al plan territorial pero estamos hablando de un problema que incumbe y compete a las instituciones. Es el momento de que se sienten y lo hagan posible. Las leyes las decidimos los ciudadanos los cambios, en casos como este, son más que entendibles necesarios.

- ¿Cómo ha sido la respuesta por parte del pueblo?

- Cuando empezamos a reunir firmas, a finales del pasado año, teníamos 12.000 en mente. Una cifra que considerábamos suficiente para hacer llegar nuestras peticiones. A los meses ya habíamos alcanzado esta cifra con lo que al poco tiempo decidimos parar. Si hubiéramos continuado hubiéramos llegado mucho más lejos en número pero estamos muy orgullosos. El primer paso hacia la conciencia política es la lucha del pueblo, y es obvio que existe.

- ¿Encuentran apoyo desde otro tipo de organizaciones?

- Además del gran apoyo que supone el de la gente de Lanzarote, son muchos los empresarios, médicos e ingenieros que se interesan por el tema y nos prestan ayuda. En cuatro años tenemos un fondo de ayudas de 50.000 euros, que son los cimientos de nuestro proyecto. Lanzarote aporta y apuesta fuerte para la mejora social. Ahora bien, quienes tienen el deber de hacerlo son las instituciones.

- ¿Cuál es el siguiente desafío para AFA?

- Tenemos en mente un proyecto de mejora en el servicio domiciliario, que es absolutamente precario en la Isla y es también responsabilidad de los municipios. Pretendemos que cambie la mentalidad del ahorro a corto plazo e inviertan en mayor número de trabajadores sociales y en más competencias para ellos. Invertir más en este aspecto supone mejora en la calidad de vida de los enfermos y ahorra gastos futuros por recaídas. Hasta ahora los trabajadores invierten una media hora con cada paciente, algo absurdo. Desde la organización buscamos que inviertan un mínimo de tres o cuatro horas con cada uno y que en ese tiempo se cuide más que la higiene personal. Los enfermos también necesitan compañía.

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