martes. 23.04.2024

Este miércoles, la edición impresa de un periódico grancanario hurtaba a sus lectores la habitual columna de Juan José Millás. En su lugar aparecía un artículo firmado por Manuela Armas. He dicho firmado, no escrito por ella. De hecho, Manuela no ha escrito una línea en su vida, aunque ha firmado cientos de artículos para decir siempre las dos mismas naderías en torno a la democracia (que anda convencida que la inventó ella) y la sostenibilidad, que es un palabro que no significa nada pero que ella cree que es el alfa y omega universal, porque suena como muy enrollado, progre y tal y cual. Farfullo.

Con el cambio de un columnista auténtico por una columnista impostora o apócrifa, salieron perdiendo los lectores de Millás, un escritor que suele escribir lo que firma. Pero también todos los lectores del citado diario, pues los artículos institucionales no los lee ni Dios, como es triste fama. En el caso de Manuela, no los lee ni ella. Caso contrario, no firmaría lo que firma sin ponerse colorada. Aunque verdad es también, y ya lo hemos escrito (y firmado) aquí mismo, que cuando Manuela repite públicamente su frase favorita (“Yo soy demócrata”), ignora que ser demócrata en una supuesta democracia no tiene mérito alguno. La “democratez” (por inventar otro palabro o neologismo no menos idiota que el de “sostenibilidad”), como el valor al soldado, se les supone a todos los políticos que se benefician -como ella- del sistema... e incluso del mal uso y abuso del sistema, que es lo que se da a diario en España en general y en Lanzarote muy en particular.

Es tan demócrata (como Clinton) y democrática la presidenta prestada que a veces olvida que democracia es, esencialmente, sinónimo de transparencia en la gestión. Justo lo que hace ella todo el rato, que predica con el ejemplo y no da extrañas compensaciones económicas a los que son de su misma cuerda política. ¿Eso es “sostenible” desde el punto de vista democrático? ¿Y autoadjudicarse subidas de sueldos en el primer pleno del actual mandato en plena crisis económica y sin avisar previamente a los electores de la medida, sabedora de que la oposición sólo iba a protestar con la boca chica y por un ratito apenas?

La “demócrata” y “democrática” presidenta se hinchó a decir, como única excusa para intentar explicar lo inexplicable, que también los miembros y miembras de la oposición iban a cobrar lo mismo. Fíjate qué consuelo para el pueblo, que es el que paga el sobresueldo cuando a gran parte del mismo no le alcanza el suyo ni para llegar a fin de mes. El otro “argumento de peso” esgrimido por la “demócrata” y socialista de toda la vida de Dios es que había que igualarse -por arriba, claro- a lo que cobraban los consejeros de otros cabildos canarios. Y resulta que este martes aparece publicada en El Mundo/La Gaceta de Canarias esta noticia: “El Cabildo de El Hierro aprueba la reducción de sueldos de los consejeros. El pleno insular ratificó además el despido de cinco asesores y la rebaja en un 50% de las dietas por asistir a los órganos colegiados”.

¿Se aplicará ahora el mismo cuento la demócrata -de boquilla- Manuela Armas? ¿Imitará a los consejeros herreños y se le pegará algo de la vergüenza torera que ha demostrado tener en el otro extremo occidental de Canarias? Por si acaso, vamos a esperar sentados, que es una postura más “sostenible” que hacerlo de pie.

Por cierto, el PSOE votó en contra de la reducción de sueldos en el Cabildo herreño. Y el portavoz de la Agrupación Herreña Independiente (AHI), Javier Armas (se apellida igual que Manuela, pero no deben ser ni parientes lejanos porque no se parecen en nada), les recordó a los psoecialistas que la reducción salarial “sólo responde a criterios de responsabilidad ante la actual situación de crisis económica, y supone un ahorro importante junto con el resto de las medidas que se van a tomar”. Igualito, igualito que en el Cabildo de Lanzarote, en donde parece hasta lógico que la presidenta y sus consejeros cobren muchísimo más por hacer muchísimo menos, pues todo se compensa finalmente con el “talante democrático” de Mela, que si llega a ser antidemocrático ni les cuento... ([email protected]).

Mamá Mela
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