viernes. 29.03.2024

1.- Estos tipos de Podemos no es que sean buenos o malos políticos –en general, rematadamente lerdos– sino que son unos maleducados. Una sociedad tiene que respetar las formas y estos están siempre abriendo brecha en aquellos sitios en los que las formas no se respetan. Odian todo lo que no les reporte beneficio y si, por un casual, Pedro Sánchez vuelve a dirigir el PSOE, ya tienen la excusa –PSOE y Podemos– para barrerlo todo, para desarmar el Estado. Y, mientras, Ciudadanos, condenando sin que lo hagan los jueces y haciendo juegos malabares sobre el finito hilo de su inconsistencia. Son estos de Ciudadanos unos irresponsables de marca mayor, a los que la otra derecha de Rajoy les está ganando por la mano, más que nada en Europa, en donde España se ha instalado definitivamente en el grupo de los cuatro. La Europa de la primera velocidad. Esperemos que la encuesta de “El Mundo” sea tan mala como las anteriores. Pues para este periódico ganará Sánchez, así que átense los machos porque Sánchez es más sectario que el Coletas. La que nos espera no es moco de pavo. La que nos espera es gorda.

2.- Por fin se acabó el Carnaval. Yo espero que un día lo saquen de la ciudad y lo manden a la gentil puñeta y que hagan un sambódromo para que lo celebre todo el mundo, con el ruido que sea menester, pero lejos, donde no viva nadie. En los aparcamientos del Bulevar era tan fuerte el olor a meado ayer que tiraba para atrás. Vi a un empleado con un spray, intentando, en vano, claro, paliar los olorosos efectos de la riada. Mo, mijo, no. Eso sólo se va con un bidón de zotal y con mucha agua. Es un olor penetrante, mezclado con el de alguna pota salteada que no les digo más. La ciudad se vuelve fétida porque es más cómodo mear en un árbol, o en el portal de una tienda, o en un estacionamiento, que en los baños esos que pone el Ayuntamiento, que siempre están ocupados por los que no mean, sino que cagan. Es terrible el pestazo del Carnaval en una de las ciudades más sucias del Atlántico. Vayan a Funchal: se puede comer en la calle.

3.- Algunos amigos me llaman para preguntarme qué pasa, que este periódico en los últimos días se renueva poco. Les cuento: A) No hay nada que contar; b) tenemos –según me dice el director– una avería que vale 800 euros y pico repararla y que el miércoles, Dios mediante, estará lista; y c) yo, personalmente, me agoto también. Y, para colmo, a uno de nuestros colaboradores habituales le robaron en su casa, mientras dormía, el Ipad y el ordenata donde guarda los artículos que escribe, más seiscientos euros en billetes, más otros enseres. Toda la chusma europea vino a Tenerife por Carnavales, incluso intentaron robar un niño en plena calle, en el Carnaval de día. No robarle lo que tenía en el bolsillo, sino llevarse al pequeño. Es el Carnaval más tranquilo del mundo: cojonudo, cómo será el más intranquilo. Y, encima, lo de la drag que, por cierto. Julio Fajardo lo cuenta magistralmente en un artículo fantástico, que sí pudo entrar, a pesar de la avería: se fundieron dos ordenadores que conectan directamente con el servidor. Una desgracia.

Maleducados
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