1.- Una jueza de Lugo ha enviado al Tribunal Supremo las diligencias por un presunto delito de cohecho contra Pepiño Blanco , sin estudios, actual ministro de Fomento. Un empresario le acusa de haber aceptado un soborno de más de 400.000 euros. Bueno, es el caso típico de un final de legislatura, cuando los que van a sucumbir pierden poder y se les vuelve todo en contra. Pepiño Blanco no será el único. En cuanto los testigos, hoy con miedo, empiecen a largar van a seguir el mismo camino otros dirigentes socialistas. Es decir, que ya llega maestro Paco con las rebajas. El asunto de Blanco fue portada de "El Mundo" el martes último. En España las mieles del poder duran ocho años. Luego llega la cruda realidad y si uno no ha sido muy pudoroso, pringa. A lo mejor no pasa nada, porque aquí en España los únicos tres que han pisado la cárcel son Vera , Barrionuevo y Mario Conde . Este último porque había crecido demasiado y había que cortarle las patas. Los dos primeros por asuntos de etarras; asuntos que a mí me aburren mucho porque me repatea el hígado hablar de jodidos asesinos; y los etarras lo son. Hay otros detenidos históricos, pero no políticos, como Ruiz Mateos , Javier de la Rosa , Roca , etcétera. Uno por molesto y el otro por chorizo, como El Dioni o así. Y el tercero por tener tan mal gusto de colgar cuadros de Miró en el cagadero. No hay pena que cubra esto.
2.- Pepiño Blanco dice que es inocente y que se va a querellar contra no sé quién. Él sabrá. En Islandia -creo que es allí- quieren entalegar al primer ministro que metió al país en bancarrota. Aquí a Zapatero , ese inútil, le tributarán un homenaje en León, aunque todos los que le hacían la pelota ahora le ignoran y lo han dejado solo. ¿Cómo se sentirá este personaje? Es consciente de que ha hundido el país y además se ve abandonado por los que él aupó hasta lo más alto. Triste soledad. Zapatero ha pasado su cárcel en La Moncloa, cometiendo disparates y hablando por teléfono con Ani Oramas . Triste soledad, repito.
3.- Yo no sé si Pepiño trincó o no. Pero sí digo que el dispendio sociata ha sido tan brutal que ha dejado al país hecho unos zorros, frase que utilizo con la anuencia virtual del juez Del Olmo , que ha dicho que llamar zorra a la santa de uno es casi una voz de cariño. La verdad es que en Canarias esa palabra no existe como insulto, sino que una persona zorra es una persona astuta. El mago, en su jabla, coincide con Del Olmo y que no sirva de precedente.