jueves. 18.04.2024

Por INA

Etapa de transición entre la edad primera o época donde adquirimos todos los conocimientos básicos necesarios, para poder enfrentarnos más adelante a la realidad del mundo, y la tercera o época en la que ya despojados de las obligaciones y deberes propios de un adulto nos liberamos en cuestiones sociales para acercarnos nuevamente a la edad primera donde prevalece esa despreocupación por los problemas mundanos y empezar así a disfrutar nuevamente de los placeres más sencillos y valiosos como pueden ser jugar, pasear, conversar, en definitiva dejar pasar el tiempo sin apurarlo por compromisos o prisas.

Etapa donde adquieren gran importancia esos traumas o complejos (en la mayoría de los casos injustificados) creados a golpe de ignorancia, incomunicación o miedo a enfrentarnos a una realidad de la que nadie nos ha hablado, tomando habitualmente la muy conocida fórmula de los prejuicios para verse reflejada luego en nuestra manera de actuar ante la sociedad, amparados por la creencia común de que para saber lo que es dolor hemos de haberlo sufrido antes, olvidando nuestra capacidad cognitiva para evaluar esta y otras situaciones desde un enfoque teórico y no práctico.

Etapa donde viviremos en continua confrontación entre nuestro pasado y nuestro futuro, formando esta combinación un presente altamente inestable si no poseyéramos esa dosis de seguridad para afrontar el día a día dándonos la estabilidad necesaria para conformar nuestra rutina y resolver nuestros problemas, son esos periodos de carencia policial a los que nos enfrentamos en continua batalla desde que nos levantamos hasta que nos acostamos intentando mantener una armonía familiar, laboral y de amistad, con la que sentirnos a gusto y satisfechos.

Madurez
Comentarios