jueves. 28.03.2024

Nada hacía presagiar que no íbamos a volverlo a ver cuando se despidió de nosotros (Alfonso y yo) el viernes. Había cogido la costumbre -quizás buscando ese ambiente familiar que no tenía desde hace tres años- de venir todas las tardes de viernes a sentarse con nosotros y contarnos cosas de su vida. Todavía parece que sigo escuchando su 'manojo' de llaves abriendo la puerta de la radio y después de su despacho. Al rato entraba a nuestro despacho y después de preguntarnos si iba guapo -era muy presumido y le gustaba coquetear con eso- se sentaba a hacernos 'cuentos'. Recuerdo que ese día, el viernes, se relajaba totalmente de sus labores de la radio, que siempre eran muchas porque aparte de empresario, era un periodista al que después de 40 años de profesión, seguía queriendo ser el primero en dar la noticia.

Lunes maldito
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