viernes. 19.04.2024
Carmen Hernández asegura que la Policía Local le pidió que formulara la denuncia por la tarde y no por la mañana, tal y como ella deseaba

Los vecinos de La Destila salen a la calle para denunciar indefensión

Hija y nieta de Macario Ferrer “huyen” despavoridas hacia un lugar con menor contaminación acústica; Luis Rodríguez denuncia que dos de las obras de las calles El Tiburcio y El Remedio no cuentan con los carteles ni vallas obligatorios y Carmen Hernández se encargó, junto a su hijo, de “cantarle las cuarenta” a un operario de la recién derribada obra anexa que causó serios desperfectos a su propiedad

Fotos: Jose Curbelo

Varios vecinos de La Destila salieron este martes a la calle para denunciar a Crónicas que sentían indefensión por la situación por la que está pasando actualmente el popular barrio capitalino, inmerso desde hace ya algún tiempo en ruidos, obras, vallas y agrietamientos de paredes colindantes.

Macario Ferrer, vecino de la calle El Remedio número 4, explicó que se encuentra cansado de los insoportables ruidos y que su hija Carmen Elena y su pequeña nieta “estaban muy asustadas”, momento en el que aprovecharon madre e hija para “huir despavoridas” en su coche ayudadas por su padre y que captó la cámara. A Luis Rodríguez, cuya vivienda se encuentra en la calle El Remedio número 4, le extrañó el hecho de que dos de las obras no contaran con el cartel donde consta el tiempo que durará la edificación y el arquitecto, entre otras explicaciones. “Puede que no tengan permiso, si no tendrían cartel”, constató.

Una de estas obras en construcción, sita en la calle El Tiburcio, justo enfrente del polémico inmueble derribado que causó desperfectos a la pared colindante, será en un futuro un edificio con varios locales comerciales listos para el alquiler.

En principio no existe ninguna anormalidad en dicha circunstancia aunque el resto de propietarios de la zona no lo ven tan claro. En este sentido, Juani Betancort aclaró algo asustada que “comentan, aunque tampoco yo sé, que van a poner aquí al lado una central eléctrica, de esas para que la corriente esté siempre mantenida...”.

Este medio se puso en contacto con un técnico del Ayuntamiento, quien estimó que evidentemente el Consistorio da permisos de apertura pero el alquiler de dichos locales corre a cargo siempre del propietario, aunque eso sí, nunca se permitiría poner en peligro la salud de nadie.

Betancort también aprovechó para decir que le parecía muy bien todas las obras que se estaban haciendo porque “antes los solares no eran sino vertederos llenos de basura” y explicó además el bien que le supondría a la capital tener edificios con pisos habitados ya que “al Ayuntamiento le interesa que se construya porque con lo que cobra puede invertir en cosas para mejorar la ciudad”. Eso sí, reiteró su negativa a vender su casa porque “no hay quien pague el valor sentimental”.

Por su lado, Carmen Hernández, dueña del inmueble cuya pared “medianera” sufrió desperfectos por el derribo de la casa anexa, conocida como la casa de “doña Cristobalina”, salió a la calle junto a su hijo para increpar a un operario que en ese momento se encontraba efectuando su labor.

Hernández aseguró que ayer, a eso de las 12.00 horas, se dirigió a las instalaciones de la Policía Local para efectuar la pertinente denuncia y que desde allí le pidieron que la formulara “por la tarde”.

No obstante y siempre según la versión de la afectada, tiene constancia de que los agentes luego se personaron en la zona, aunque en ese momento ella se encontraba en el Ayuntamiento exponiendo en la oficina técnica que su pared estaba cediendo 10 o 15 centímetros y que la constructora no había aún puesto solución. “Las paredes no hablan, se vienen abajo y me da aún más miedo porque hace cincuenta años que está hecha y es medianera”, determinó.

Desde el Ayuntamiento le aseguraron, según explicó, que los permisos de la obra anexa se encontraban en regla aunque le prometieron no obstante, que enviarían a un técnico para que constatara dicha apreciación en estos días.

Mientras tanto y ya en la trasera de la Democracia cierra sus puertas la conocida peluquería de Sito para ubicarse en otra zona. En su lugar un inmenso cartel invita a hacerse a la idea de lo que habrá en su lugar: nueva promoción de 24 apartamentos y dos locales comerciales. Ya pueden ponerse en contacto con la inmobiliaria.

Los vecinos de La Destila salen a la calle para denunciar indefensión
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