Por Ramón Pérez Hernández
Los cargos políticos surgen de la propuesta de los Partidos por selección de los vecinos para representarles; tienen que servir a la causa del interés público, desdeñando las ambiciones “partidistas” de sus “dueños”. Bruscamente desconcertados vemos la nociva fanfarronería “partidista” que practica la prole política en esta bendita Isla con la que desprecian, ¡desagradecidos!, la última selectiva elección libremente expresada en las urnas el 20-5; son infames sus rollos… “pacto si... pacto no…”, “te pongo allí, aquí no…”, “quito a aquél por que le toca”… demostrando con esos viles comportamientos extremadamente materialistas una colosal falta de aprecio a sus conciudadanos, al repudiar provocadoramente el mandato y el interés general de los que vivimos en esta singular y noble Región Canaria. Tristemente, a los políticos del ‘turno sucesivo” les importa un bledo las funestas secuelas que con su perversa conducta podrían acarrear a los que tratamos de coexistir en armonía pacifica con todo el derecho del mundo mundial hoy y en el futuro.
Como muestra de malos modos políticos me permito transcribir (del “Magazine” entrevista de Eva Millet el 11-09-2011), algunas reflexiones del “seductor” Robert Redford. Este maduro y admirable artista, ecologista y director comprometido por el que suspiran millones de mujeres y casi seguro a las que muchas “tiemblan sus rodillas”…, reprochó con desesperanza:
“Nuestro Sistema Político (EEUU), en este momento, está roto. América ha perdido su prestigio en el escenario internacional y ha malgastado muchísimo dinero. Sí, porque, además en Estados Unidos existía una fuerte tradición de dedicarse a la política en pro del interés publico… Nunca me meteré en política porque sería un lugar equivocado para mí. Soy un artista y quiero ser libre. No quiero ser corrompido por el compromiso. Y la política está llena de compromisos”.
Supongo que opinar con lógica tal como lo hace el galán Robert para revivirse (¡nunca es tarde!) es ser fiel a la Creación; no cuesta nada y otorga resultados auténticos a la vida y a la solidaridad humana.
