El pueblo convive con la peste hace más de ocho años.
La situación de Soo con los corrales ganadores metidos en el corazón del pueblo es insostenible, y lo es desde hace muchos años, pero las promesas del Cabildo y del Ayuntamiento de Teguise no solucionan el problema. Mientras las instituciones se pasan la pelota se mantiene el grave problema de salud pública. Ya no sorprenden las denuncias por la proliferación de pulgas o la constancia de malos olores pero no por ello, y ni más faltaba, los ciudadanos siguen exponiendo sus quejas en voz alta. Bienvenida Guzmán es una de las vecinas de Soo que está cansada de limpiar estiércol y polvo y de estar encerrada evitando que las ratas invadan su vivienda. Su testimonio es contundente: “Después de tantos años está claro que los políticos no están preparados para solucionar este problema”. Ni los que estuvieron ni los que están ahora han podido devolverles la tranquilidad a los vecinos a pesar, subraya Guzmán, de ganar un buen sueldo y subírselo cada vez que pueden.
Mucha palabra y poca acción
El coste de vida para los residentes de Soo es más elevado porque, por ejemplo, tienen que comprar insecticidas para combatir las plagas y disponer de una secadora ya que no pueden sacar al sol las prendas de vestir por la peste insoportable. Por supuesto, con el uso de la secadora aumenta el recibo de la luz. “Usted oye las entrevistas de los políticos y hablan de todo pero ninguno se ha puesto a defendernos”, agrega indignada la vecina. Para quienes no conocen Soo y se hagan una idea de la magnitud del problema, cerca del colegio está ubicado uno de los corrales ganaderos que genera las protestas ciudadanas.
