sábado. 20.04.2024

1.- El otro día me encontré, corriendo hacia el ascensor, a Julio Iglesias, en el hotel “Botánico”. Le acompañaban unas despampanantes bailarinas. Venían del concierto. Entre cuadros de Martín González, de Néstor, de Aguiar, de Óscar Domínguez, de Manrique, el más famoso cantante español de todos los tiempos se fue a la suite presidencial, reservada para él. Aquella que Kiesling construyó de una forma vamos a decir que poco escrupulosa, en los permisivos tiempos del buen alcalde Marcos Brito. Julio Iglesias fue recibido en el aeropuerto de Los Rodeos, entre otras personas, por el gerente de Los Sabandeños, Sergio Canino, que lo invitó a grabar una canción con ellos –probablemente “Amor, amor” – en el nuevo disco que el conjunto de Elfidio Alonso sacará a la luz este año, como siempre. Se tomó Julio muy bien la idea y puede que el proyecto salga adelante. Julio Iglesias dedicó una foto a Los Sabandeños para su museo lagunero. Ya saben que el intérprete español tiene un gran amigo en Tenerife, Pedro Luis Cobiella, que esta vez no lo pudo acompañar porque estaba de viaje en Holanda por razones familiares. Julio Iglesias no defraudó en su concierto, viajó a la isla en avión privado –como siempre– y llenó el aforo del recinto habilitado en los muelles de Santa Cruz. Se ve que todavía está en forma, aunque yo diría que un poco acartonado, a causa del sol o de tantos rayos ultravioleta. Pero lo vi joven y ágil. Qué bien. Y además sigue llenando los recintos en los que actúa. Algunos sostienen que es el Frank Sinatra de habla hispana. ¿Por qué no? Desde luego, ha vendido más discos que nadie.

2.- Un momento para la política. Todo el mundo está que trina contra Albert Rivera y Pedro Sánchez, pero ellos no se enteran. No salen a la calle a comprobarlo. Yo creo que a estos dos los van a descabalgar los jubiletas, cuando les llegue la onda de que, si se prorrogan los presupuestos, de subir las pensiones, aunque sea mínimamente, nati de nati. Y los funcionarios, que también verán congelados sus sueldos. Y los empresarios, que sentirán cómo algunos de sus negocios con Europa se desmoronan. Estos dos pájaros están jugando con fuego, pero nadie se entera; parece como si nadie de sus equipos lo trasladara a sus jefes. Son los auténticos culpables de que el país se quede al garete y de que cada vez seamos más pobres. De amigos se han convertido en enemigos. Y no es otra cosa que falta de madurez de ambos porque hace unos meses parecían novios. No sé. Me da que a estos les quedan cuatro telediarios en la política. El pueblo es sabio y no quiere niñatos que lo manden.

3.- Ha dicho Matt Damon que si gana Donald Trump, al mundo no lo salva ni Jason Bourne. Ahora que estrena en Tenerife su nueva película, con premier incluida, no le falta razón al gran actor norteamericano. Recemos para que este animal con dos patas no entre en la Casa Blanca. Porque si Ronald Reagan fue una sorpresa agradable –era muy astuto–, éste Trump es una mala bestia. Ya digo que hay que rezar, quien sepa, para que Donald Trump no traspase el umbral de la Casa Blanca.

Los Sabandeños y Julio Iglesias
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