jueves. 25.04.2024

Según un estudio publicado por la Fundación La Caixa, uno de cada seis inmigrantes ha creado una empresa en España, algo que no resulta precisamente sencillo teniendo en cuenta que más del 70% no consigue financiación para la compra de bienes, dato desprendido de la revista El Observador Cetelem.

El motivo más habitual para iniciarse en la actividad empresarial suele ser la falta de oportunidades para trabajar como asalariado en un puesto de trabajo acorde a la cualificación del empleado.

Vicente Rojas es el presidente del colectivo de ecuatorianos Perla del Pacífico en Lanzarote y asevera que “los compatriotas latinoamericanos están en puestos de trabajo temporales y después de nueve meses les despiden”. Explica que como no consiguen empleos fijos, no les ha quedado más remedio que crear entre varios inmigrantes empresas que les permitan ganarse el pan. Sin embargo, esta tarea no es fácil ya que según cuenta, “no hay ayudas para que montemos nuestros negocios”.

Piensa que estas actividades comerciales están revitalizando algunos barrios y que en ningún caso están suponiendo el cierre de las tiendas de los propietarios autóctonos. Asevera que quienes creen que los inmigrantes están quitando el trabajo a los nativos se han dejado llevar por los prejuicios.

Distintos tipos de negocio

El estudio antes mencionado especifica hasta cinco modalidades de empresas creadas por personas llegadas de otros continentes. El primero es el de los negocios de orientación étnica, es decir, tiendas en las que se ofrecen productos de consumo habituales en los países de origen para que los inmigrantes puedan seguir degustándolos aquí. Rojas no se declara cliente habitual de este tipo de comercio y dice que desde que llegó en 1995, no consume productos ecuatorianos porque no los encuentra. Afirma que “los mercados son generales, con productos de todas clases”.

El segundo tipo de empresa es probablemente la más frecuente en la Isla. Se trata de las llamadas empresas circuito, que sirven para mantener el contacto con el país de origen. El exponente más claro son los locutorios. Para Rojas, estos negocios sí son muy usados por la comunidad inmigrante de Lanzarote, pero asevera que también los españoles hacen uso de ellas. Cree que no hay una nacionalidad que use más que otra este servicio.

La tercera modalidad de negocio es la más infrecuente en Lanzarote. Se trata de empresas creadas por inmigrantes para ofrecer servicios de ayuda a sus compatriotas, a través de gabinetes jurídicos o laborales. Dice Rojas que él no conoce ninguna y que cuando quiso trabajar en su especialidad (químico biólogo) no pudo montar su estudio porque nadie le asesoró. Es más, en su caso, él es quien aconseja, en su papel de presidente del colectivo, a sus compatriotas que llegan de Ecuador.

Los establecimientos que explotan lo exótico, como restaurantes o tiendas de artesanía, conforman el cuarto tipo de empresa y son también habituales en la Isla. Comenta Rojas que “esto sirve para que se conozca nuestra gastronomía a la vez que se crean divisas para el país”.

Tampoco es frecuente el último modelo de empresa, es decir, la de los negocios generales que podría haber abierto cualquier nativo. El presidente del colectivo Perla del Pacífico dice no conocer ninguna creada por inmigrantes y que como mucho, estas personas figuran como socios pero no como fundadores.

Mucho trabajo para toda la familia

Normalmente los inmigrantes que se deciden a abrir su propia empresa suelen tener jornadas laborales muy extensas y es la propia familia la que se encarga de atenderlas. Dice Rojas que “todo depende de nuestro esfuerzo y normalmente no tenemos el capital para contratar a más trabajadores así que tiene que ser la familia la que lo haga”.

El ecuatoriano dice que los negocios que han montado sus compatriotas son empresas de pintura, bares o trabajadores de la piedra y todos han tenido que alquilar los locales en los que desempeñan su labor porque no han conseguido financiación para comprar las lonjas. Comenta que “no nos dan ningún tipo de apoyo; por eso, los negocios se forman cuando una familia consigue reunir el dinero para abrirlo”.

Viviendas de Protección Oficial

Rojas no conoce a ningún compatriota que haya podido comprarse una vivienda. Por es este motivo, asegura que están luchando para que desde la concejalía correspondiente se les asignen casas de protección oficial. Asevera que todos las merecen, tanto los nacidos en España como los que llegan de fuera. Ante la opinión que muestran algunos ciudadanos que dicen que no es justo que se les den viviendas de protección oficial a los inmigrantes cuando hay españoles que no las consiguen, Rojas comenta que “no queremos privilegios pero la gente tiene que mentalizarse de que hay que darles esas viviendas a quienes las necesitan, independientemente de donde hayan nacido”.

También rebate Rojas a quienes opinan que en determinadas cuestiones, los inmigrantes son beneficiados en perjuicio de los nativos. Por poner un ejemplo, casi todos los años, al comenzar el curso escolar, muchos padres españoles no pueden acceder a los comedores porque los inmigrantes reúnen más puntos, en función de su renta o sus condiciones sociales. Vicente Rojas comenta que “esto no es verdad y de hecho, yo tuve que luchar mucho para conseguir las plazas para mis hijos”. Dice que “todos tenemos que ser iguales, aunque nosotros hayamos venido a España sin que nos llamaran, el trato tiene que ser igual para unos que para otros”.

En cuanto al dato que asegura que en el año 2020, España tendrá casi diez millones de inmigrantes, es decir, el 20% de la población, Rojas dice que “los españoles tienen que darse cuenta de que ya estamos dentro y que tenemos que integrarnos”.

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