viernes. 19.04.2024

1.- Si borde fue uno, más borde fue la otra. Qué barbaridad. Tuve la santa paciencia de pegarme completo el debate Clinton/Trump, que fue un diálogo de horteras. Yo creo que Sánchez firmó su sentencia de muerte política en su debate con Rajoy, pues estos dos lo han hecho ante el pueblo americano. Mentiras, verdades a medias, insultos más o menos velados, amenaza de uno con meter en la cárcel a la otra; una barbaridad. La gente, por lo que escucho en las radio y leo en los periódicos y veo y oigo en las televisiones, está sorprendida e indignada. Estados Unidos no se merece un presidente/presidenta así, va a ser un desastre. Esperemos que, tras la elección y el nombramiento de uno de ellos, los asesores lo metan en vereda y lo transformen porque, de lo contrario, el caos. Hillary me pareció una mujer vulgar, nada elegante, soez en ocasiones, mal vestida y con escaso estilo. Trump es un prepotente, un déspota, un pobre hombre rico sin nada que ofrecer más que bravuconerías, amenazas e inconsistencia intelectual. Nos quejamos del animal de Maduro, pero, ¿en qué se diferencia Trump de Maduro, en que uno es moreno y el otro rubio? Pero en capacidad intelectual tienen que estar a la par. ¡Dios mío, en manos de quién se va a poner el país más poderoso de la Tierra! ¿Le darán los americanos a Donald Trump el maletín con el botón nuclear? Hillary es un mal menor, sobre todo porque tiene a un buen consejero al lado, que es su marido, que, al margen de sus andanzas extra políticas aireadas de manera inconveniente, fue un gran presidente.

2.- Lo cierto es que el puto debate me quitó el sueño, me hundió en la miseria, no pegué ojo desde las dos de la madrugada hasta que terminó la cadena de insultos, de mentiras, de descalificaciones y amenazas, sobre todo del mastodonte rubio, de ese armario sin nada dentro que está siendo repasado sin piedad por figuras norteamericanas de todos los ámbitos. Lo verdaderamente sorprendente es que amigos míos que residen en los Estados Unidos y que tienen esa nacionalidad, lo van a votar, a pesar de todo. Realmente, no entiendo nada. Yo pensé que no iba a escuchar nada más desagradable en mi vida que las palabras de aquel Pedro Sánchez con los ojos fuera de las órbitas que insultaba a Mariano Rajoy, educado y soportando como podía el chaparrón. Fíjense si el pueblo es listo, que miren dónde está ahora Pedro Sánchez y dónde Mariano Rajoy. Uno ha terminado para la política y el otro va a ser proclamado presidente del Gobierno con la colaboración del PSOE. Pero lo de la otra noche en América fue terrible: dos candidatos a la Presidencia tirándose los trastos a la cabeza y descabezándose. No me extraña que, en algunos viajes presidenciales, los miembros del Servicio Secreto se hayan ido de putas. Hartos, claro.

3.- Que ha dicho Puigdemont que el pacto con Sánchez no estaba firmado, como parece que ha trasladado al Gobierno el CNI. Pero parece que el CNI no dijo que estaba firmado, sino que al parecer informó correctamente de la inminencia del acuerdo. Ahora resulta que la Generalidad no tiene dinero ni para los gastos corrientes, cuanto menos para las inversiones. Y, claro, se lo tiene que dar España. Si dejan de ser España, como ellos, quieren, ¿quién les iba a facilitar su financiación, un canon millonario en la “frontera” para los españoles que quieran entrar en tierra extraña? Por cierto, las inversiones extranjeras en esa región han disminuido un 64%. No me extraña nada, han cogido miedo. Y los vascos, mucho más listos, callados.

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