viernes. 29.03.2024

[De la serie “Allá cuando chinijos”] Cuando se muera Franco, si es que se muere alguna vez, los actuales Príncipes, don Juan Carlos y doña Sofía, se convertirán en Reyes de España, como por arte de magia. Alguien pregunta entonces si eso quiere decir que Franco es ahora el Rey.

-No, Franco es mucho más que un Rey. Es un Generalísimo, un Caudillo por la gracia de Dios. Lo dice en las monedas. Tiene que ser verdad.

Mañana llegan a Lanzarote los Príncipes, cerrando así la gira (no se sabe si política o turística) por Canarias. A la mayoría de nosotros maldita la gracia que nos hace ir a verlos, incluso aunque nos ahorremos ir al colegio, pero entre maestros y padres nos "convencen". Y en Arrecife terminamos todos, aguantando durante horas un calor que raja las piedras, justo debajo del balcón del Ayuntamiento, por donde se supone que entrarán y saldrán don Juan Carlos, doña Sofía, las chinijas de ambos, y toda la corte de adulones (con nuestro maestro de matemáticas a la cabeza) que pierden el culo por saludar a tan "principales personalidades", como las llaman en el “Tele-Canarias”.

-También viene el Principito...

-A ese no lo conozco.

-El chinijo pequeño del Príncipe.

-Ah, no sabía.

A lo lejos se oye, lejano aún, el ruido de las hélices de los tres helicópteros, que acaba trocándose en estruendo cuando se acercan hasta la explanada del Castillo de San Gabriel, donde van aterrizando uno detrás de otro.

-El último es el del Príncipe, y lo pilota él mismo...

-Ay, Néstor, eres un bobato. Te crees todas las mentiras que cuentan en la tele...

-Ten cuidado con lo que dices, malcriado, que la policía lo escucha todo, y dice mi padre que te pueden meter en la cárcel.

No se sabe cómo, pero los Príncipes ya se han encaramado en el balcón del Ayuntamiento sin que nadie los haya visto entrar. Juan Carlos lee un discurso que, casualmente, se parece mucho al que leyó ayer mismito en Fuerteventura. Y después aparecen unos tipos muy altos, vestidos de negro, que nos apartan de la puerta... por donde salen, al ratito, los Príncipes, que reciben un aplauso casi ensordecedor. Mientras don Juan Carlos saluda por la derecha, doña Sofía se viene hacia la izquierda, donde estamos nosotros, y le estampa dos sonoros besos en las mejillas a Néstor, que se queda blanco y casi sin respiración.

-Ahora sales esta noche en el “TeleCanarias”. Y te pondrán en el NO-DO en todos los cines de España. Ya no te vas a volver a lavar la cara más nunca...

-Ni que Néstor se hubiera lavado la cara alguna vez... ([email protected]).

Llegan los Príncipes
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