Por José Pérez Dorta
Si hablamos en los últimos días y en Haría de “las tres Novias” no nos referimos ni al film de Nora Elisa Producciones ni al tema musical que al son del tango inmortalizara el acordeonista Pedro Ayala; Hablamos de la encuesta que está realizando CC en la que por primera vez en la historia local, esta formación le retira la confianza a un alcalde en ejercicio. Comparte candidatura en el mencionado sondeo, el actual alcalde de Haría, el señor Stinga, con los consejeros del Cabildo Insular Marciano Acuña y Luis Celestino Arráez para protagonizar el cartel cara a los próximos comicios electorales como candidatos al Ayuntamiento de Haría, sin tenerse en cuenta que Torres Stinga ya se había nombrado candidato hace unos meses y en Haría lo que dice Stinga no se discute.
El comportamiento reciente del edil norteño dista demasiado de lo que se espera de un cargo público que además ostentó la máxima representación de una formación de la importancia de Coalición Canaria. La actitud tan populista como poco reflexiva con el asunto de los CACTs ha creado un punto de inflexión difícilmente superable, máxime cuando este asunto se ha personalizado de una forma absolutamente irracional entre un Pepe Torres venido a menos y un Pedro San Ginés que, según las encuestas internas de la formación nacionalista, se muestra como un político con proyección.
Pero, por eso de que a perro flaco todo son pulgas, la declaración como imputado de Torres Stinga por delitos tales como "prevaricación, cohecho, tráfico de influencias, malversación de caudales públicos y negociaciones prohibidas" pudiera ser la gota que colmara el vaso. Aunque aplazada momentáneamente por la necesidad de la parte demandante de depositar la pertinente fianza, que según las noticias que tenemos ya se hizo efectiva, la situación inmediata a esta declaración, de ser negativa para el imputado, pudiera ser el tiro de gracia que esperan los oficialistas que más por deseo que por conocimiento de las “realidades locales” han tanteado otras posibilidades, y son estas “realidades locales” las que han puesto a los oficialistas aspirantes fuera de juego.
Toda esta situación en la que se le acepta sin ser querido es la que hace que nuestro alcalde se encuentre comido por los nervios y como viene siendo más habitual de lo deseado, ha vuelto a perder papeles y compostura, y en lugar de defender su inocencia con argumentos ante los medios de comunicación, ha respondido con un ataque en el que el odio ha hablado por él cayendo implacable sobre su antecesor en la alcaldía a quién ha acusado de peligroso criminal. Entiendo yo que Juan Ramírez está en prisión por cometer determinados delitos, no por cometer ningún crimen, por lo que será un delincuente y no un criminal. Desde mi punto de vista no sería de correcto decir que el señor Stinga es un presunto criminal, lo correcto y lo que se ajusta a la objetividad de los hechos sería decir que Stinga es un presunto delincuente.
