viernes. 19.04.2024

El proyecto de ley Orgánica de Educación del Gobierno acaba de presentarse en sociedad y ya se le están poniendo todo tipo de pegas. Los directores generales de Educación de las comunidades autónomas regidas por el PP lo consideran tan desastroso que incluso llegaron a levantase y abandonar la reunión en la que se estaba debatiendo esta reforma. Aseguran que lo único que busca el Gobierno son estadísticas favorables.

La cuestión es que tanto cambio educativo en cada legislatura lo que está consiguiendo es que ni los alumnos ni los padres o profesores sepan con cuántas asignaturas pueden pasar de curso, si van a tener que estudiar ética, religión o educación para la ciudadanía o si pueden elegir el centro en el que recibir estas clases.

El director general de Promoción Educativa del Gobierno de Canarias, Rafael González Robayna, no se muestra sorprendido por la polémica suscitada y asegura que “por lo que hemos apostado siempre desde Canarias, y en concreto en CC, es por que haya un consenso en materias educativas para que la educación no esté a expensas de los vaivenes políticos que vayan surgiendo”. Recuerda que el PP tuvo su ley de educación, llamada Ley de Calidad, en su etapa de gobierno y el PSOE también ha querido dejar su impronta en esta materia, con la LOE que se está empezando a desarrollar.

Tanto cambio está provocando una inestabilidad que sólo consigue perjudicar a los alumnos. Dice González que “lo que no se podría consentir es que en la próxima legislatura gobernara otro partido que también quisiera modificar la ley porque los últimos afectados son los chicos; de ahí nuestra apuesta por el consenso”. Además, agrega que “tal como están las cosas ahora entre PP y PSOE es normal que haya tanta confrontación y los nacionalistas tenemos que estar a expensas”.

Dice el director de Promoción Educativa que PP y PSOE tienen ideas muy diferentes de cómo debe ser la educación pero “sería bueno que una ley se desarrollara al menos 15 ó 20 años para que no se produzcan casos como los actuales de alumnos que han sufrido hasta 3 cambios de leyes en lo que llevan estudiando”. Esto supone un caos para todos aquellos que tengan que ver con la educación ya que incluso los profesores que ya han conseguido adaptarse a un sistema, de repente tienen que cambiarlo para acogerse a las nuevas medidas.

Alumnos afectados

En opinión de González Robayna, aunque siempre hay una moratoria tras los cambios y se intenta que el alumno no salga muy perjudicado, reconoce que con cada modificación cambian tantas cosas que al final es imposible que no le afecte. Varían las materias a impartir, las asignaturas con las que se pasa o los libros, y el profesorado debe volver a rehacer su actividad.

En cuanto a las necesidades específicas de cada comunidad autónoma, González Robayna opina que “el Estado hace una ley general y cada región tiene un determinado poder de decisión sobre las materias a impartir, en concreto, en Canarias tenemos el 45% de capacidad para interferir en ese currículum”. Explica que si el Partido Popular se ha mostrado tan beligerante ante este nuevo proyecto es porque entienden que va en contra de lo que ellos creen que tiene que funcionar en educación, es decir, el esfuerzo por parte de los estudiantes. Dice que ahí es donde radica el principal problema porque “las leyes del PP son bastante retrógradas y las leyes del PSOE intentan mirar un poco más hacia delante, aunque siempre todos pretenden hacer medidas estatalistas sin darnos a las comunidades poder de decisión”, argumenta.

Que aprueben como sea

Los alumnos de la ESO con cuatro suspensos repetirán curso; los que tengan 3 tendrán que promocionar con clases de refuerzo en las asignaturas que no hayan aprobado y los que suspendan 2 pasan de curso. Sin embargo, los alumnos de la ESO podrán repetir una vez cada curso y sólo dos veces por etapa, aunque los estudiantes de 4º podrán repetir dos veces ese mismo año, siempre y cuando no lo hubieran hecho alguna vez antes durante la Secundaria; es decir, que al alumno le va a costar menos sacar el curso adelante que entender con cuántas asignaturas pasa en cada etapa. Dice González Robayna que lo que se está pretendiendo es que los estudiantes aprueben como sea, en el sentido de facilitarles que no abandonen. Pone el ejemplo de que “si a un chico se le machaca en 1º de la ESO, hará 2º y terminará marchándose para su casa, con lo que no se consigue el objetivo del Estado que es que termine 4º de la ESO; por eso, se facilita su camino”.

Otras cuestiones del proyecto destacadas son, por ejemplo, que se establezca la gratuidad de la enseñanza para los alumnos de 3 a 5 años, algo que ya se está haciendo en Canarias, teniendo además en cuenta que el 99% de los pequeños canarios acuden a centros públicos.

Es más, dice González Robayna que se ha debatido mucho sobre si poner la educación en esta etapa como algo obligatorio o que simplemente se tenga que garantizar una plaza y al final se ha optado por esta última opción porque se entiende que hay padres que no quieren escolarizar a sus hijos con 3 años, lo que también contrasta con la nueva posibilidad que se está barajando de que los chinijos de 0 a 3 años también acudan al colegio de forma gratuita.

Otro punto polémico es el de la religión. Dice González Robayna que no tiene mucho sentido que los colegios sean laicos pero que la Iglesia determine quiénes son los profesores de religión. En este sentido, para no defraudar a nadie, se están preparando reformas como que a partir de ahora se dé un trato igualitario para todas las confesiones religiosas.

Las constantes reformas educativas desorientan a alumnos, padres y profesores
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