miércoles. 24.04.2024

Fotos: Anabel Navarro

La situación de la pesca en el Archipiélago no pasa por su mejor momento. Después de la importante rebaja económica aprobada por la Unión Europea, la falta de reestructuración dentro del sector y la sobreexplotación del fondo marino, tan sólo cabe una opción: renovarse o morir. Por este motivo, el taller de empleo Risco Prieto apuesta por diversificar las posibilidades de pesca formando a técnicos de cultura acuícola. Lanzarote comienza así a dar sus primeros pasos rumbo al futuro de la pesca y calienta sus motores para comenzar a desarrollar, producir y comercializar la crianza del mar usando la técnica conocida como acuicultura.

Aumenta la demanda pero no hay pescado. Aunque parezca sorprendente, esta afirmación es una buena noticia para Lanzarote. Gracias al desarrollo de la técnica de la acuicultura y a la calidad y temperatura de las aguas de la Isla, esta tierra va ganando puestos para llegar a ser cabeza en cuanto a producción pesquera. Así lo ha puesto de manifiesto Risco Prieto con la segunda edición de su taller de empleo sobre acuicultura, que es el cultivo de animales y plantas en el agua. La escuela comenzó el pasado año y ahora, doce meses después, sus participantes han comenzado a extraer de las jaulas marinas las doradas y lubinas que han criado a lo largo de un año.

El pasado viernes por la mañana tuvo lugar la primera jornada de despesque, que se repetirá durante todo el mes hasta recoger los casi 80.000 pescados que se encuentran en las aguas del atlántico a la altura del Barranco del Quíquere. Hace justo un año, los jóvenes que asisten al taller Risco Prieto partían hacia esta misma zona del sur de la Isla para asentar en dos grandes jaulas 40.000 embriones de doradas y otros 40.000 embriones de lubina respectivamente. Desde entonces, cada día se han vuelto allí para cuidar, alimentar y controlar el estado de los peces, y han conseguido formarse como técnicos del cultivo acuícola.

El objetivo que persigue la iniciativa es potenciar la acuicultura como alternativa para los pescadores de Puerto del Carmen y Playa Blanca. De hecho, este proyecto surgió “para formar a los marineros del sur y para diversificar las posibilidades de pesca”, como explicó para Crónicas Francisco Hernández, el director del taller.

Crónicas se va de despesca

La acuicultura es una actividad que requiere un alto grado de tecnología e inversiones previas puesto que se necesitan reproducir las condiciones de temperatura, alimento disponible, mareas y corrientes marinas de la pesca salvaje. No es fácil, pero tampoco es sencillo para los barcos de altura seguir capturando al mismo ritmo que antaño. Por este motivo, Crónicas quiso conocer en primera mano todo el proceso y las peculiaridades de esta técnica y se embarcó junto a los ocho alumnos de Risco Prieto para presenciar el transcurso del despesque.

Arigona González, amante del mundo marino y monitora del taller, nos explicó en qué consistía la técnica. En primer lugar, prepararon una gran tina, la llenaron de agua y hielo y la colocaron en la embarcación que partió del Varadero, en Puerto del Carmen. De camino hacia el Barranco del Quíquere, los pescadores fueron incorporando agua al recipiente hasta llegar a las dos grandes jaulas en las que se encuentran los pescados. Al llegar a las granjas marinas los chicos se pusieron manos a la obra: extendieron la red sobre las jaulas y, calculando la profundidad, lanzaron un jamo para extraer unos 700 kilogramos de doradas.

De vuelta a tierra, Arigona nos contó que se siente muy orgullosa por el resultado del taller. “El índice de mortalidad ha sido muy bajo, los peces tienen una talla ideal y los chicos han aprendido muchísimo”, confesó la joven monitora. De nuevo en Puerto del Carmen introdujeron la tina, ahora llena de doradas, en la sala de empaquetamiento. Fueron sacando doradas una a una, pesándolas y empaquetándolas para su posterior venta.

Y del mar... a la mesa

Del total de lo que recojan en el resto de despesques, venderán el 70% para financiar así las posteriores ediciones del taller. Y es que tienen en mente continuar desarrollando más actividades de formación, “siempre y cuando la Mancomunidad conceda más instalaciones de aprendizaje”, como matizó Saavedra. El resto del total será donado a ONGs o a otro tipo de instituciones sin ánimo de lucro. Eso sí, otra pequeña parte ya fue a parar a la mesa, porque el pasado viernes al medio día Risco Prieto preparó una exquisita degustación de doradas, con la participación del presidente y vicepresidente de la Mancomunidad, respectivamente alcaldes de los municipios de Yaiza y Tías y miembros del taller de empleo.

Ventajas e inconvenientes, ¿el futuro de la pesca?

Una de las principales ventajas de la acuicultura es que permite planificar la producción en función de las previsiones de consumo realizadas en cada momento, tanto de especies como de tamaños dentro de cada especie. Si bien existen todavía algunas barreras al pescado de acuicultura en Canarias, lo cierto es que cada vez más las empresas distribuidoras consideran que la información con la que cuentan los consumidores es cada vez mayor, y como respuesta la aceptación del producto aumenta. Se trata de un producto muy cómodo y fácil de cocinar, con mucho producto aprovechable y poca espina. Se comercializan doradas y lubinas, principalmente, de diferentes tamaños que permiten cocinar según las raciones.

Otro de los puntos fuertes de esta práctica es que, en palabras de Arigona, “evitamos intermediarios y nos ponemos a la cabeza nacional en cuanto a potencia y posibilidades pesqueras”. Según un informe de la Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la pesca mundial se estancará en los próximos 30 años, por lo que la acuicultura, o cría en cautividad de especies acuáticas, será la única manera de hacer frente a la cada vez mayor demanda de pescado.

Pero la moneda siempre tiene doble cara. Las piscifactorías se presentan como un posible remedio al agotamiento mundial de los caladeros, pero primero tendrán que solucionar sus problemas de impacto ambiental. A la acuicultura ya le han salido algunas enemistades y numerosos detractores la consideran más perjudicial que beneficiosa para el medio ambiente y la salud. En este sentido, diversas organizaciones ecologistas sostienen que los pescados de cultivo pueden producir mayores impactos ambientales que la pesca de captura. Si no se instalan y gestionan adecuadamente, las piscifactorías pueden destruir zonas naturales delicadas, como manglares y tierras húmedas, contaminar el hábitat acuático y reducir el agua potable, o aumentar la invasión de especies exóticas. Asimismo, los poco partidarios de este tipo de prácticas denuncian que se trata de una actividad insostenible que está incrementando, y no disminuyendo, la sobrepesca.

Aún queda camino por recorrer. Lanzarote necesita mejorar sus infraestructuras en cuanto a transportes e instalaciones, se necesitan recursos y piscifactorías. Pero, gracias a esta iniciativa y apuestas, la Isla va acumulando papeletas para abrirse un importante camino en el mundo de la acuicultura, en el futuro de la pesca.

Lanzarote apuesta por la pesca de futuro
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