jueves. 25.04.2024

Fotos: Anabel Navarro

Esta Isla se niega a que su cultura y su tradición agrícola caigan en el olvido. El pasado lunes arrancó la segunda edición del Proyecto de difusión de labores agrícolas tradicionales 2007-2008 con la visita del primer grupo escolar al Museo Agrícola El Patio (Tiagua). Y es que apostar por iniciativas como ésta supone mantener viva la esencia de Lanzarote.

Los alumnos de IES Agustín Espinosa han sido los primeros estudiantes que han tenido la oportunidad de pasar una mañana de tradición y cultura canaria. El grupo de 1º de la ESO llegó al museo el lunes por la mañana. Después de un recorrido guiado por las instalaciones de El Patio, se reunieron en la Taberna para conocer el proceso de elaboración tradicional de productos típicos como vino y queso canario. Allí les recibió José María Acles, trabajador del museo desde hace cinco años, y les explicó el papel de las cantinas en el mundo rural. Acles les habló de la taberna como punto de encuentro, de sentimiento y de transmisión generacional.

El escenario es idóneo porque pasear por el museo es acercarse a la realidad pasada de Canarias. Rodeados de cactus, molinos y aperos tradicionales, los chicos y chicas lanzaroteños tienen en su mano la posibilidad de conocer y participar, de no olvidar de dónde vienen ni lo que son. “Aunque terminen siendo ingenieros informáticos, se trata de que conozcan y disfruten su tierra”, explicó para Crónicas Acle mientras los niños disfrutaban del desayuno.

Hablar de labores agrícolas es hablar del ingenio de nuestros antepasados y de la evolución más pura de la vida y la sociedad. Es por esto que la visita el sótano, lugar en el que se encuentran los aperos agrícolas, sea uno de los puntos fuertes de las jornadas y responde a un sinfín de preguntas y curiosidades acerca del día a día y la mentalidad de nuestros antepasados.

De excursión por la historia canaria

El proyecto comenzó el pasado curso escolar, cientos de niños tuvieron la oportunidad de disfrutar de su contenido y recibió una gran acogida por parte de los centros educativos de la isla. De ahí que tenga continuidad en el tiempo. “Es un proyecto muy grande, una ruta participativa a través del paisaje y del patrimonio canario”. Con estas palabras definió para esta redacción Jose María Barreto, uno de los organizadores, la clave que se encierra detrás del nombre de las jornadas. Los chicos pasan toda la mañana en contacto directo con la historia canaria, “pero no es una visita pasiva sino participativa, porque se trata de que aprendan involucrándose”, subrayó.

Es tal la importancia de la experiencia que los organizadores ya han realizado algunos cambios con respecto al curso pasado. Desde ahora las visitas durarán cuatro horas, en lugar de dos, para que los grupos escolares tengan tiempo suficiente para asimilar los contenidos. Este año se incorpora una exposición multimedia con los contenidos de la visita y, en lugar de concentrar las visitas en un solo día a la semana, ahora se recibirán las visitas escolares durante tres días.

Al igual que el curso pasado, los profesores y alumnos dispondrán de una Guía Didáctica con los contenidos de esta actividad extraescolar.

La tradición agrícola canaria más cerca que nunca en Lanzarote
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