viernes. 29.03.2024

El Ministerio de Industria, Comercio y Turismo ha ofrecido hasta 180.000 euros a las empresas canarias que se instalen en África. Sin embargo, parece que los empresarios lanzaroteños todavía no están demasiado por la labor de desembarcar en el continente africano; es más, según los datos de las cámaras de comercio, más del 70% de las pymes no están dispuestos ni a irse a otras islas de su provincia. Por otro lado, los constructores canarios están pidiendo al Ejecutivo regional más apoyo para sus inversiones en el exterior, lo que podría salvarles de la crisis que el sector está viviendo en nuestro país.

Alejandro Rueda es el técnico de Comercio Exterior de la Cámara de Comercio de Lanzarote y asevera que “creemos que es un buen momento para que las empresas diversifiquen su actividad y pasen más allá del mercado local para meterse en el internacional o en el regional, una apuesta factible para las pequeñas y medianas empresas de la Isla”.

Entre las principales causas que se citan a la hora de justificar la ausencia de las empresas lanzaroteñas en otras islas o en el extranjero se cita el carácter familiar de las mismas y la falta de tiempo y personal para atender un negocio fuera de casa. Dice Rueda que “hay varios factores que hacen que las empresas no salgan de aquí y el primero es que el tipo de pyme que hay en Lanzarote es pequeña, con poco personal y donde tienen que estar pendientes de su día a día”. Comenta que “toda la carga de la toma de decisiones recae sobre los hombros de una persona y la idea de irse no resulta sugerente”. Afirma que “los primeros pasos de cualquier proyecto requieren una enorme inversión de tiempo que no va a generar dinero y como el dinero no sobra, la gente prefiere priorizar lo que supone un beneficio y por eso se pospone salir fuera”. Comenta que “otro factor es el miedo, el desconocimiento de la situación empresarial en otros lugares y es la unión de todos ellos lo que hace que las empresas no salgan al exterior”.

Para combatir los primeros recelos, la Cámara de Comercio posee una serie de instrumentos dirigidos a compensar desde la falta de personal especializado hasta la falta de recursos económicos para paliar esos problemas.

Dice el técnico que “hay que diferenciar entre una empresa de servicios a una de productos ya que un estudio de arquitectura puede hacer un proyecto en Mauritania sin abrir un filial pero una empresa de productos tendrá que abrir una sucursal en destino o encontrar un distribuidor local”. En cuanto al número de empresas conejeras que hayan decidido dar el paso, dice que “hay más de las que la gente se piensa pero es verdad que lo normal es que no hayan tenido una actividad internacional continuada, sino unos pinitos o han tenido una presencia en el extranjero irregular”.

Comenta que “hay grandes empresas que todos conocen en el sector de la construcción y el turismo y por supuesto, las bodegas, que realizan desde hace años sus exportaciones en el mercado europeo y también hay pequeñas empresas que podrían darle a más de uno agradables sorpresas, desde las de nuevas tecnologías que se han creado en el marco de la ZEC, aprovechando el beneficio fiscal, hasta pequeñas inmobiliarias y así se desmitificaría eso de que sólo los grandes pueden salir al exterior”.

Primeros pasos

“El primer punto de partida sería tener una actividad local consolidada ya que no podemos empezar la casa por el tejado”, explica. Cree que “no podemos irnos a Mauritania cuando a nosotros no nos van bien la cosas en el mercado local”. Tampoco es conveniente salir fuera cuando acaba de entrar un competidor fuerte en nuestro sector o cuando acabamos de realizar una inversión importante que todavía no hemos amortizado. Piensa que “para salir al exterior uno debe tener en casa las cosas bien resueltas porque nos va a requerir un esfuerzo y unos recursos económicos que nos tendrán un año o dos sin obtener beneficios”.

El siguiente paso a dar será hacer un estudio sobre las posibilidades reales de llevar a cabo el negocio en el país elegido. El experto aconseja “hacer una investigación de mercado previa y hacer un viaje a el país porque mucha gente tiene ideas que no han contrastado y a lo mejor se han vendido pro parte de las instituciones en los medios de comunicación grandes oportunidades que hay en África pero no se ha hablado del riesgo que supone, que existe aunque se pueda minimizar”.

El tercer paso es acercarse a instituciones como la propia Cámara para conocer los instrumentos que se pueden poner a su disposición para comenzar todos esos proyectos internacionales. “Nosotros podemos ofrecer asesoramiento de consultores expertos para informar sobre la gestión en esos países y un apoyo económico que nos va a ayudar a reducir el impacto financiero en nuestro proyecto”, explica el técnico.

Buscarse la vida

En cuanto a la gente que quiere empezar una nueva vida en otro país porque en su tierra no le han funcionado los negocios, también hay posibilidades. Dice Rueda que “conozco casos de gente a la que aquí no le ha ido bien y ha conseguido abrirse camino en otro lugar”. Sin embargo, asevera que “hay que tener en cuenta dos cosas, que si no te ha ido bien aquí puede deberse a las condiciones del mercado pero también a un planteamiento erróneo en la gestión del negocio y esa persona tendrá que cuestionarse si va a repetir el modelo de actuación que ha llevado hasta ahora o va a plantear algo completamente nuevo”. Además, explica que “aquí tenemos una serie de instrumentos que hacen que materializar un negocio sea relativamente fácil, desde la carga impositiva hasta el control burocrático y esto es algo que no se va a encontrar en otros lugares”.

La solución está fuera
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