jueves. 28.03.2024

Cada vez es más habitual ver en Lanzarote a personas con unos determinados collares de colores, a veces vestidos completamente de blanco y con pañuelos en la cabeza que delatan un corte de pelo ritual. Son los santeros o los que se quieren hacer pasar por santeros buscando un beneficio económico, engañando a gente que busca en esta religión lo que otras no le han proporcionado. Aunque empieza a haber muchos españoles que se encomiendan a santos como Orula o Yemayá, la gran mayoría de los creyentes son todavía latinoamericanos. No en vano esta religión procedente de África tuvo su inicio cuando los esclavos del continente negro fueron llevados a Cuba y Brasil a trabajar en las plantaciones de azúcar. En sus esfuerzos por esconder su religión africana, estas personas empezaron a identificar a sus deidades (orishas) con los santos del catolicismo, dando como resultado esta mezcla llamada santería.

Cassandra es santera y colaboradora del programa Contamos Contigo de Lanzarote Radio y es una de las principales interesadas en dar a conocer unas creencias que a ella le han cambiado la vida. Quiere que la gente deje de hablar de sacrificios de animales y rituales satánicos que nada tienen que ver con la realidad.

Collares y trajes blancos

Uno de los ornamentos más reconocidos de los santeros son los collares, lo que supone el primer paso en la iniciación. Este artículo se impone después de haber realizado una “limpieza” de purificación y se supone que va a proteger del mal al que lo lleva. Casandra quiere dejar claro que “también hay gente que lleva estos collares y no son necesariamente santeros”.

Lo que sí reconoce es que esta religión es todavía más habitual en la comunidad inmigrante latinoamericana de la Isla.

En su caso, siendo española, llegó a esta religión por un problema de salud. Un santero le invitó a que se hiciera una revisión porque creía que tenía cáncer. Así lo hizo y así lo confirmó. Es importante que quede claro que el hecho de practicar la santería no supone que esa persona tenga que renegar del cristianismo y en muchas ocasiones ambas religiones forman parte de la vida espiritual de los practicantes.

Rocío Jurado y Rocío Dúrcal

Casandra asegura que una muestra de que hay personas que profesan estas dos creencias las podemos encontrar en gente famosa como las recientemente fallecidas Rocío Jurado o Rocío Dúrcal. Sobre la primera asegura que no era santera pero sí estaba interesada en este tema. En cuanto a la segunda, sí asevera que era practicante de la santería. Dice que esta religión las ha aportado, entre otras cosas, haber podido morir en paz. Casandra alude al refrán “a Dios rogando y con el mazo dando” para asegurar que la santería te proporciona “ese mazo”. En primera persona, asegura que a ella la ha ayudado a superar un cáncer, siempre dejando claro que en ningún momento ha abandonado la medicina tradicional y que siempre ha seguido los consejos de los especialistas. Es más, quiere dejar patente que nunca un santero le dirá a nadie que deje de ir al médico. “Lo que a mí me dijeron es que me iba a curar si hacía determinadas cosas, no que me olvidara de los fármacos”, explica. También quiere dejar constancia de que “está claro que no todas las personas que tienen un cáncer se curan por practicar la santería”. Dice que “es una forma de vida espiritual que te ayuda a desarrollar los sentidos y el amor a la gente”. Comenta que en este aspecto es diferente del catolicismo que “obliga a la gente a pensar en los otros antes que en uno mismo, cuando si la persona no se encuentra bien, tampoco va a poder ayudar a los demás”.

Sacrificios con animales

Uno de los temas más controvertidos de la santería es el relacionado con los sacrificios; ritos que las deidades necesitan para vivir.

Existen tres tipos: para limpiar un mal o una maldición; para pedir al “orisha” su asistencia y para la ceremonia de iniciación en una de las órdenes de la santería. Sobre esto, Casandra quiere dejar claro que “esto es necesario porque la sangre es vida en ésta y en otras religiones, como el sacrificio del cordero en el cristianismo”. Explica que “si estás metido ves que es algo completamente normal y en muchos casos supone un intercambio de su vida por la tuya”.

Por eso, Casandra quiere que la gente no tenga miedo. Asevera que ella misma tuvo mucho temor hasta que conoció lo que suponía esta religión.

Eso sí, recomienda a todo el mundo que tengan mucho cuidado con los falsos santeros. Aconseja que la gente se informe, que lea y que se entere de cómo son las ceremonias y qué puede esperar de ese santero. Y sobre todo, que se deje llevar por su intuición porque si la persona nota que no se puede fiar de alguien, es por algo.

La santería se consolida en Lanzarote
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